Este artículo se publicó hace 14 años.
Los intelectuales chinos se la juegan por el Nobel Liu
La cúpula del PCCh debate a puerta cerrada el futuro de China
Andrea Rodés
Los intelectuales y activistas de derechos humanos en China están aprovechando la concesión del Nobel de la Paz al disidente encarcelado Liu Xiaobo para exigir a las autoridades un mayor respeto de las libertades políticas. Un centenar de abogados y pensadores chinos difundió ayer por internet una carta urgiendo a los dirigentes de su país a cumplir con sus promesas de reformas democráticas y poner en libertad a Liu y a todos los demás presos de conciencia. La iniciativa coincide con el inicio, también ayer, de la sesión plenaria anual del Comité Central del Partido Comunista Chino (PCCh), en la que se debaten las principales líneas políticas y económicas para los próximos cinco años.
Unos 300 delegados del PCCh asisten a esta reunión a puerta cerrada, que terminará el domingo. La agenda está dominada por los asuntos económicos y sociales, como la reducción de las desigualdades entre ricos y pobres, aunque el contexto ha obligado a la cúpula comunista a hablar de la necesidad de acelerar las reformas políticas.
Los 115 firmantes de la carta, que se publica dos días después de un documento similar firmado por 23 veteranos del PCCh, califican la concesión del Nobel a Liu como "un suceso histórico para la sociedad china y un nuevo avance en su transición pacífica hacia un gobierno constitucional y democrático". Su postura supone un desafío abierto al Gobierno chino, que mantiene bajo arresto domiciliario a la esposa de Liu. Además, amigos e intelectuales cercanos al matrimonio han sido acosados por la policía desde que se anunció el premio.
115 abogados y pensadores piden la liberación de los presos de conciencia
Durante la cumbre del PCCh, se espera cualquier pista que confirme la renovación de la cúpula dirigente. El vicepresidente Xi Jinping y el viceprimer ministro, Li Keqiang, son los candidatos más probables para sustituir al actual presidente, Hu Jintao, y al jefe del Gobierno, Wen Jiabao, en 2012. Los últimos tres años han estado marcados por un incremento de la represión política en China.
Los firmantes del texto de ayer insisten en que "las autoridades deben cumplir con sus repetidas promesas de reformar el sistema político" y aprovechan para recordar que el propio Wen Jiabao manifestó en sus discursos más recientes su firme deseo de promover la apertura política. A principios de este mes, Wen declaró en una entrevista a la CNN que la llamada a la democracia y la libertad en China "son inevitables". Sus palabras fueron censuradas en la televisión estatal.
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