Este artículo se publicó hace 3 años.
IsraelUn bombardeo de Israel causa al menos 20 muertos en Gaza, entre ellos nueve niños
Tras las protestas de las últimas semanas contra la brutal ocupación militar israelí, el Ejército confirmó bombardeos de represalia en la Franja y varios ataques selectivos contra milicianos y objetivos del movimiento islamista Hamás.
Eugenio García Gascón
Segovia-Actualizado a
Al menos 20 palestinos, entre ellos nueve niños, murieron este lunes en la Franja de Gaza en plena escalada de violencia con Israel, en un bombardeo de la aviación israelí en represalia por el lanzamiento de cohetes con dirección a Jerusalén. Los bombardeos israelíes continuaron durante la madrugada de este martes. Las autoridades de la Franja de Gaza, controlada por el Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás), han elevado este martes a 26 los muertos.
El Ejército israelí ha confirmado los bombardeos a modo de respuesta en la Franja y varios ataques selectivos contra milicianos y objetivos de Hamás, aunque no pudo asegurar que todos los fallecidos fueran por estos ataques.
Las protestas palestinas en Jerusalén han ido creciendo en las últimas semanas hasta alcanzar este lunes su máximo punto de ebullición. El epicentro es la Explanada de las Mezquitas, en la ciudad vieja ocupada por Israel en la guerra de 1967, y que dejaron este lunes por la mañana 300 palestinos lesionados y heridos en Jerusalén.
Es difícil establecer un origen específico a las últimas revueltas puesto que hay varios vectores que confluyen, como la desposesión de sus casas de decenas de refugiados palestinos en el barrio de Sheij Yarrah, en el sector ocupado, o la prohibición de socializar en las gradas de la puerta de Damasco en las noches de ramadán, también en el sector ocupado.
A todo esto se añade la proverbial pasividad del presidente palestino Mahmud Abás, quien se limita a obedecer las instrucciones que recibe de Israel y permite, con tímidas y esporádicas protestas, que la fisonomía de los territorios ocupados vaya cambiando día a día y hora a hora a favor de los colonos judíos, que han creado una situación prácticamente irreversible.
El presidente palestino Abás permite con tímidas protestas que la fisionomía del territorio cambie a favor de Israel
La guinda del pastel hay que buscarla en Occidente, en Estados Unidos y Europa, que llevan décadas colaborando estrechamente con Israel de manera directa e indirecta. Los mandatarios europeos, con Emmanuel Macron y Angela Merkel a a la cabeza, permiten sistemáticamente todos los excesos que cometen el ejército y los colonos judíos siguiendo instrucciones de su gobierno.
Causa estupor que ahora Washington y Bruselas pidan "contención" y sentido común cuando son quienes tienen más responsabilidad en lo que está ocurriendo en Jerusalén, precisamente por no aplicar sentido común. Su inacción permanente permite que se deteriore el conflicto mientras ellos no mueven un dedo para terminar con la brutal ocupación y la desposesión de millones de personas.
Decenas de miles de palestinos han participado en las protestas de las últimas semanas, no solo en Jerusalén, Cisjordania y Gaza, sino también del interior de Israel. Aunque la policía israelí ha bloqueado en las autopistas la circulación de autobuses cargados de palestinos procedentes de la Galilea, cientos de ellos han conseguido eludir los controles y llegar a Jerusalén.
En las protestas se han escuchado consignas a favor de Hamás, la organización islamista que gobierna la Franja de Gaza desde 2007, y que ocasionalmente lanza cohetes contra Israel. Los manifestantes piden a Hamás que bombardee Tel Aviv y denuncian la quietud del presidente Abás, "que solo se preocupa de su dinero", según decía uno de ellos.
Los mismos mandatarios occidentales que sin ningún remordimiento califican a Hamás de "organización terrorista" por combatir la brutal ocupación, no quieren hacer nada ante el confinamiento de los palestinos a reductos cada vez más pequeños mientras en torno a sus ciudades y pueblos crecen los asentamientos de judíos de un radicalismo extremo.
La mayor parte de los judíos que inundan Jerusalén en esta jornada son jóvenes cuidadosamente enardecidos por las autoridades
Para complicar las cosas, los judíos celebran este lunes el Día de Jerusalén con marchas vibrantes que recorren la ciudad para confluir en el recinto amurallado y en el Muro de las Lamentaciones, junto a la Explanada de las Mezquitas, donde en la antigüedad estuvo el Templo judío, un espectáculo de enorme agresividad que pone la piel de gallina a cualquier observador, y mucho más a los palestinos, algo que a Macron o Merkel les trae sin cuidado.
La mayor parte de los judíos que inundan Jerusalén en esta jornada son jóvenes o niños cuidadosamente enardecidos por las autoridades desde la más tierna infancia con una educación nacionalista y religionista, que ignoran los principios morales básicos y los derechos más elementales de los demás y que tienen a todos los palestinos por enemigos y terroristas.
En la mañana del lunes Israel canceló estas marchas lo que los manifestantes palestinos interpretaron como un triunfo propio, pero a primera la tarde las autoridades, a la vista del peligro que correrían los jóvenes pasando por la puerta de Damasco y el barrio musulmán, decidieron cambiar el itinerario sin renunciar a la concentración final en el Muro de las Lamentaciones.
Los palestinos también consideraron un triunfo que el Tribunal Supremo de Israel haya aplazado durante un mes una vista sobre las viviendas palestinas de Sheij Yarrah que se tienen que desalojar para que se establezcan en ellas colonos judíos.
El Tribunal Supremo ha aplazado durante un mes una vista sobre las viviendas palestinas de Sheij Yarrah que se tienen que desalojar
Al cinismo de los mandatarios occidentales, algunos de los cuales incluso han osado pedir a Israel moderación en los pasos que está dando, el primer ministro Benjamín Netanyahu ha respondido afirmando por todo lo alto que su intención es seguir construyendo para los colonos en el sector ocupado de Jerusalén.
Varios diputados de Sionismo Religioso, un partido racista aliado de Netanyahu, celebraron un encuentro en el barrio de Sheij Yarrah, excitando más los ánimos. Hamás y las demás facciones de Gaza, por su parte, lanzaron un ultimátum exigiendo a Netanyahu que evacúe a las fuerzas israelíes de la Explanada de las Mezquitas y de Sheij Yarrah.
El ultimátum expiró a las 6 de la tarde. Un minuto después, una hora menos en Madrid, la radio hebrea anunció que las milicias de Gaza estaban disparando cohetes contra Jerusalén y otras localidades.
Así están las cosas a día de hoy y lo que queda por ver es si estas protestas continúan después del fin de ramadán y la fiesta de Aid al Fitr que se celebra esta semana. Son protestas espontáneas, que no han sido organizadas por nadie, ni mucho menos por el presidente Abás, quien se cuidaría mucho de molestar a Israel en lo más mínimo.
La naturaleza de las protestas ha sorprendido a todos. En primer lugar a los propios palestinos, puesto que hacía años que no ocurría algo similar. También a los israelíes, que llevan décadas expandiendo su presencia en los territorios ocupados sin ninguna oposición desde la segunda intifada que se inició en septiembre de 2000. Y por su puesto a los occidentales, que solo buscan calma y no quieren oír hablar de justicia.
Comentarios de nuestros suscriptores/as
¿Quieres comentar?Para ver los comentarios de nuestros suscriptores y suscriptoras, primero tienes que iniciar sesión o registrarte.