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Israel captura el último barco de la flota pacifista

Netanyahu dice que en el abordaje no hubo muertos porque en esta ocasión los activistas no eran 'extremistas islámicos'. El navío irlandés ha sido conducido al puerto de Ashdod

EUGENIO GARCÍA GASCÓN

La marina israelí abordó ayer al Rachel Corrie en alta mar, a unos 30 kilómetros de la costa de Gaza, en aguas internacionales, sin que los 11 activistas y nueve tripulantes de la embarcación irlandesa, en su mayoría ciudadanos de Irlanda y Malasia, opusieran ninguna resistencia.

La única versión de los hechos conocida anoche, la del ejército israelí, indicaba que el abordaje se produjo a mediodía y que los activistas, entre los que se encontraba la premio Nobel de la Paz Mairead Corrigan, incluso habían ayudado a los soldados a extender una de las escaleras desde las que el barco, el último de la flotilla de la paz, que transportaba toneladas de ayuda humanitaria, fue abordado.

El primer ministro sigue tildando de terroristas a los activistas muertos

Un vídeo divulgado por el ejército mostraba a los soldados subiendo a cubierta y a los activistas sentados sin oponer resistencia. Horas antes, el ejército había cortado las comunicaciones del barco. A media tarde el navío amarraba en el puerto de Ashdod. Los 19 tripulantes fueron trasladados a un centro de inmigración en Holon, cerca de Tel Aviv, a la espera de su expulsión.

Poco después, el primer ministro Binyamin Netanyahu efectuó una declaración en la que contraponía el comportamiento de los activistas del Rachel Corrie con los del Mavi Marmara, el barco abordado el lunes por los soldados en alta mar con un balance de nueve activistas muertos y decenas de heridos. 'La única diferencia es que en un barco había activistas extremistas islámicos, que apoyaban el terrorismo y que esperaron en la cubierta a nuestros soldados con barras de hierro y cuchillos', manifestó Netanyahu.

El primer ministro insistió en que el bloqueo unilateral de la franja de Gaza que Israel lleva a cabo es necesario para impedir la entrada de armas, pero no explicó por qué se aplica a alimentos de primera necesidad y medicinas. También dijo que no permitirá que Gaza se convierta en un puerto de Irán. Pero incluso el principal valedor internacional del Estado judío, Estados Unidos, criticó ayer el 'insostenible' bloqueo a la Franja, en un comunicado de la Casa Blanca.

La Casa Blanca ha calificado el bloqueo a Gaza de 'insostenible'

Greta Berlin, portavoz del grupo Gaza Libre, que organizó el viaje, calificó el abordaje de 'otro escándalo que hay que añadir a los nueve muertos' y negó que los activistas hubieran invitado a los soldados a bordo. De hecho, el abordaje se produjo después de cuatro avisos lanzados por el ejército para que el barco se detuviera, unos avisos a los que el Rachel Corrie no respondió.

Durante los últimos días, los gobiernos de Israel e Irlanda habían tratado de alcanzar un acuerdo. Los activistas rechazaron una propuesta israelí, avalada por el Gobierno de Irlanda, para dirigirse voluntariamente al puerto de Ashdod, donde se controlaría el cargamento, que luego se trasladaría a Gaza por carretera.

El barco alegó que la carga ya fue examinada en tres ocasiones por las autoridades irlandesas antes de zarpar, de manera que están seguros de que no contiene armas. La tripulación añadió que no se oponía a que inspectores del ejército volvieran a examinarla en alta mar, pero Israel rechazó esta propuesta.

Mientras tanto, la fiscalía turca está investigando si cometieron delito algunos responsables políticos y militares israelíes al ordenar el abordaje. Los principales sospechosos son Netanyahu, el titular de Defensa, Ehud Barak, y el jefe del ejército, el general Gabi Ashkenazi. Los fiscales consideran acusar a estas personas de asesinato, agresiones, toma de rehenes, piratería y ataques a ciudadanos turcos en aguas internacionales, según el diario turco Zaman.

Los fiscales quieren usar como pruebas las autopsias de los cadáveres, así como cualquier información que recoja una comisión de investigación, si es que se forma. Laura Arau, una de los tres activistas españoles que viajaban en la flotilla, confirmó ayer que emprenderán acciones legales contra Israel, informa desde Barcelona Marc Serena.

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