Este artículo se publicó hace 11 años.
Israel libera al preso palestino Samir Isawi tras casi nueve meses en huelga de hambre
Fue detenido en 2002 y condenado a 26 años de prisión. Pasó más de 265 días sin ingerir nada más que agua, sal y vitaminas en protesta por la "detención administrativa"
El Servicio Israelí de Prisiones (SIP) ha liberado este lunes al palestino Samir Isawi, que se mantuvo en huelga de hambre durante más de 265 días para exigir su libertad y protestar contra los arrestos administrativos del estado hebreo.
En torno a la vivienda de Isawi se han concentrado cientos de vecinos y amigos para darle la bienvenida, informó la agencia Maan, que agrega que fue liberado de la prisión Shata. Natural de Isawíe, una aldea palestina en la ladera noreste del monte Scopus de Jerusalén, su liberación tuvo lugar exactamente ocho meses después de que alcanzara un acuerdo con Israel mediante el cual su condena terminaría en ese plazo y bajo sus propios términos: ser liberado en su lugar de origen.
En declaraciones a los medios a su llegada a Issawie, el activista afirmó que con su huelga quiso "disuadir a Israel" para que no arreste a ninguno más de los presos liberados en el canje por el soldado Guilad Shalit en 2011. Isawi ha sido dejado en libertad después de protagonizar una huelga de hambre que le llevó al borde de la muerte tras más de 265 días sin ingerir nada más que agua, sal y vitaminas. "Mi única arma para ganar mi libertad" es como él denominó a su huelga, que comenzó en agosto de 2012 para protestar las circunstancias en las que se produjeron su arresto y consiguiente juicio que le mantenía en prisión.
Isawi fue detenido en abril de 2002 y condenado a 26 años de prisión acusado por Israel de pertenencia a banda armada, posesión de explosivos e intento de asesinato. En octubre de 2011 fue incluido en el canje de más 1.027 presos palestinos por el soldado Shalit, cautivo durante cinco años por miembros de Hamás. Sin embargo, en el verano de 2012 Isawi fue arrestado de nuevo, esta vez acusado de violar los términos de su liberación que prohibían su entrada en Cisjordania.
Esta vez Isawi fue juzgado como preso administrativo, un tipo de proceso judicial ampliamente criticado por la comunidad internacional y que impide que el acusado pueda conocer los delitos de los que es sospechoso. A lo largo de su huelga de hambre, en la que su peso llegó a bajar hasta los 45 kilos, las autoridades israelíes le ofrecieron diversas alternativas, como la posibilidad de exiliarse en Gaza o Europa, propuestas que rechazó. A través de la agencia oficial Wafa, el Ministro de Asuntos de Presos, Issa Qaraque, dijo que "Isawi tuvo la voluntad y la determinación para retar las leyes israelíes y conseguir regresar a su ciudad", tras una reunión que ambos celebraron en Jericó.
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