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La Izquierda alemana pide la retirada de las tropas estadounidenses del país

La propuesta del partido coincide con los preparativos de 'Defender Europe 2020', unas maniobras de la OTAN en las que participarán decenas de miles de soldados y vehículos militares.

Imagen del Bundestag alemán. REUTERS
Imagen del Bundestag alemán. REUTERS

El Bundestag ha sido testigo la tarde de este jueves de un debate poco usual en un parlamento europeo. El 15 de octubre de 2019 y el pasado 11 de febrero el partido de La Izquierda presentó dos propuestas que se han debatido respectivamente en las comisiones de Asuntos Exteriores y Defensa: la primera exige la retirada de las tropas estadounidenses de Alemania, y la segunda, que el gobierno retire su apoyo logístico a los ejercicios Defender Europe 2020 de la OTAN.

En el escrito de la primera propuesta (19/14152), La Izquierda menciona que "más de 35.000 soldados estadounidenses están estacionados en Alemania, más que en cualquier otro país de Europa". "Las bases militares estadounidenses juegan un papel destacado en la política militar estadounidense en Oriente Próximo y Oriente Medio", explica el partido al precisar que "desde ellas se coordina el despliegue de las terrestres estadounidenses en torno a Irán", además de servir como estación de paso para "el transporte de tropas y helicópteros".

La Izquierda recuerda asimismo que desde bases como la de Ramstein (Renania-Palatinado) se lleva a cabo "la práctica, contraria al derecho internacional, de asesinatos selectivos en Pakistán y Afganistán". También que en otra base militar, la de Büchel (Renania-Palatinado), se realizarán las tareas para modernizar hasta 20 bombas nucleares estadounidenses. Finalmente, el texto de la moción denuncia que "el mantenimiento de la presencia militar de EEUU y otras tropas extranjeras en la República Federal Alemana volverá a costar solamente en el año 2020 alrededor de 71 millones de euros del contribuyente alemán".

Para La Izquierda, la presencia de estas tropas contribuye a "la escalada de tensión con Rusia"

Para La Izquierda, la presencia de estas tropas contribuye a "la escalada de tensión con Rusia", que puede interpretar un incremento del estacionamiento de tropas y del número de ejercicios "como preparativos militares". Y cree que su estacionamiento "vulnera el espíritu del Acuerdo 2+4, que excluye la presencia de tropas extranjeras en los estados federados de la antigua República Democrática Alemana", además de poner en riesgo el Acta Fundacional OTAN-Rusia firmada en 1997, descrita como "el último acuerdo de limitación de armas convencionales que todavía funciona entre Occidente y Rusia".

Por todo ello, La Izquierda exige al Bundestag que apruebe la retirada de todas las tropas extranjeras y armas nucleares estadounidenses de Alemania, así como la suspensión de las partidas presupuestarias destinadas a su mantenimiento. "Ya es hora", afirmaba esta mañana desde su cuenta de Twitter la diputada de La Izquierda Sevim Dagdelem.

Las mayores maniobras de la OTAN en 25 años

En su segunda moción, el partido poscomunista pide al ejecutivo que retire su apoyo logístico a Defender 2020, las mayores maniobras militares de la OTAN en 25 años. La Izquierda indica que en estas maniobras hasta 37.000 soldados y más de 35.000 vehículos militares cruzarán Alemania en dirección a Europa oriental, hacia países fronterizos con Rusia. La Izquierda exige al gobierno que no facilite a las tropas su desplazamiento por carretera y ferrocarril y, por el contrario, adopte los pasos necesarios para desarrollar una política de "entendimiento, diálogo y distensión" con el fin de crear un "sistema colectivo de seguridad en Europa que incluya a Rusia".

La Izquierda lamenta en su propuesta que estas maniobras, más que incrementar la seguridad de Europa, producirán el efecto contrario, y recuerda que, según informaciones del propio gobierno alemán, desde el año 2014 la OTAN ha cuadriplicado el número de maniobras militares en comparación con las realizadas por Rusia. Tampoco olvida "otra hipoteca de las maniobras" como es "la producción de dióxido de carbono y otros gases que afectan al medio ambiente" que dejará el hecho de que "35.000 vehículos militares han de ser desplazados unos 400 kilómetros a través de Europa", así como "los daños en las infraestructuras con los que habrán de cargar los gobiernos regionales y municipales".

El ejército alemán presentó el miércoles en Bergen el mayor depósito móvil de Europa

Mientras tanto, el ejército alemán presentó el miércoles en Bergen el mayor depósito móvil de Europa, con capacidad para almacenar hasta 1.350 metros cúbicos de combustible y que estos días emplearán los 1.200 automóviles militares, blindados y tanques estadounidenses a su paso por este municipio de Baja Sajonia. Defender Europe 2020, informa este jueves el diario Junge Welt, tiene como meta poner a prueba la capacidad de desplegar una división entera (20.000 soldados) en potenciales teatros de guerra en Europa oriental, principalmente el Báltico y Polonia. A Defender Europe 2020 le seguirán las maniobras Cold Response en Noruega el próximo mes de marzo, en las que participarán de 15.000 a 16.000 soldados de la OTAN. Estos ejercicios se realizarán en el norte del país para testar la capacidad de combate de las tropas de la Alianza Atlántica en condiciones de frío extremo, quizá una señal a Moscú relacionada con las disputas territoriales en el Ártico, una región cuyo subsuelo atesora hidrocarburos que el calentamiento global podría hacer más fáciles de extraer.

Ya el pasado mes de enero un artículo del semanario Newsweek advertía cómo, a pesar de estar concentrada toda la atención en Irán, "en cinco meses, desde mayo hasta finales de septiembre [de 2019], se realizaron 93 ejercicios militares, con fuerzas operando continuamente en, sobrevolando y alrededor de 29 países".

"Estos juegos, en los que se practicaba de todo, desde el despliegue de unidades terrestres hasta ciberguerra, no se organizaron en Oriente Medio y no estaban dirigidos a Teherán: estaban dirigidos contra Moscú y suponían la serie de ejercicios más intensa e ininterrumpida desde el fin de la guerra fría", aclaraba el medio, que insistía en que el "foco era innegablemente antirruso y el número de maniobras en Europa multiplicaba los ejercicios relacionados con China llevados a cabo durante ese mismo tiempo".

"La cuestión es ¿a qué precio?", se preguntaba el autor del artículo, "esto es, ¿estamos provocando exactamente aquello mismo que la OTAN espera evitar, una nueva guerra fría?" Acaso no haya que ir demasiado lejos para encontrar una posible respuesta: el gobierno alemán aprobó el miércoles –el mismo día que el Bundeswehr inauguraba el depósito de combustible móvil– un documento estratégico para reforzar su complejo militar-industrial nacional, en particular en la construcción de embarcaciones de guerra y sistemas electrónicos. Una medida que beneficiaría, según escribía el Junge Welt, no sólo a la capacidad de defensa de Alemania, sino a los contratistas militares, que también producen con la vista puesta en la exportación.

Esperando a la Conferencia de Múnich

El timing del debate no podría ser más apropiado: este viernes comienza la Conferencia de Seguridad de Múnich, uno de los foros internacionales más importantes en materia de política exterior y de seguridad. En una época en la que los ejes tradicionales de la política internacional han quedado dañados o desplazados –no cabe más que recordar las recientes declaraciones del presidente francés, Emmanuel Macron, diagnosticando a la OTAN de "muerte cerebral"–, se espera con interés renovado este cónclave en la capital bávara.

Por lo pronto, el ardor guerrero de los alemanes no parece acompañar al de los generales de la OTAN: en su último informe de seguridad, el Centro para la Estrategia y Dirección Superior (Centrum für Strategie und Höhere Führung), que recoge datos del instituto Allensbach, hasta un 44% teme que su país se vea arrastrado a un conflicto militar, y a un 58% le preocupa que la situación de la seguridad en Europa y el mundo sea cada vez más imprevisible.

Según ese mismo informe, de todos los países que pueden ser considerados como mayores riesgos a la seguridad mundial, la lista la encabezan Irán y Estados Unidos, y únicamente un 21% de los encuestados considera a Washington como un aliado fiable. El propio informe de la Conferencia de Seguridad de Múnich revela el poco apetito de la ciudadanía de países europeos por una guerra con los potenciales adversarios de EEUU: según un sondeo del Think Tank European Council on Foreign Relations (ECFR), en caso de un conflicto con Rusia la neutralidad es la opción preferida por la mayoría de la población en Austria (85%), Finlandia (76%), Hungría (71%), Alemania (70%), Italia (65%), Francia (63%) y Dinamarca (53%), mientras en Polonia –un país donde las simpatías a Rusia no cotizan al alza– el porcentaje es también considerablemente alto (45%). En el caso de un conflicto entre EEUU y China los porcentajes son todavía mayores: Austria (86%), Finlandia (80%), Alemania (73%), Hungría (73%), Francia (64%), Italia (63%), Dinamarca (59%) y Polonia (54%).

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