Este artículo se publicó hace 2 años.
Jair Bolsonaro se desentiende del crimen político en plena campaña
El mandatario de Brasil dice que el asesinato del dirigente del partido de Lula fue "una pelea de dos hombres alcoholizados". El agente fanático de Bolsonaro, Jorge José Guaranho, irrumpió en la fiesta de cumpleaños de Claudio Arruda y le disparó.
Dario Pignotti (Página 12)
San Pablo-Actualizado a
Ametrállenlos. Con el asesinato del militante del Partido de los Trabajadores (PT) Claudio Arruda en Foz de Iguazú a manos de un fanático de Jair Bolsonaro, posiblemente comenzó de facto la campaña hacia las elecciones presidenciales de octubre, en las que se decidirá si Brasil recupera o no la democracia por completo.
El asesino es Jorge José Guaranho, un agente penitenciario federal que solía imitar al presidente de extrema derecha poniendo los dedos índice y pulgar en forma de pistolas. Ese fue el icono de la campaña bolsonarista de 2018. En una foto Guaranho está debajo del agua, al parecer en una piscina, jugando a ser el capitán-presidente con las manos convertidas en armas imaginarias.
El pasado sábado por la noche, Guaranho irrumpió por segunda vez en el cumpleaños de Arruda, esta vez portando un arma verídica en el salón de fiestas de Foz de Iguazú prometiendo asesinar a todo petista (seguidores del PT) que se cruce en su camino porque en esa tierra roja de la Triple Frontera el que manda es Bolsonaro y no Lula. Y materializó sus fantasías. Descargó tres disparos que acabaron con la vida de Arruda, que ese día festejaba su 50 cumpleaños con una barba al uso de los militantes petistas, de canas incipientes.
Era el tesorero del partido a nivel municipal, solía vestir camisetas con la cara de Lula, seguramente para buscar votos hacia los comicios del 2 de octubre. Antes de morir Arruda, que era guardia municipal, logró repeler el ataque e hirió a Guaranho, quien continúa ingresado.
"Una pelea de dos hombres alcoholizaos"
¿Dónde empieza y hasta dónde llega la responsabilidad del mandatario en este crimen político? Bolsonaro se desentendió del tema este lunes en el Palacio del Planalto, alegando que lo de Foz de Iguazú fue una pelea de dos hombres alcoholizados sin nexo con el Gobierno brasileño.
"No tengo nada que ver, me quieren criminalizar como si fuera el responsable del odio en Brasil", señala Bolsonaro
"No tengo nada que ver, me quieren criminalizar a cada rato como si yo fuera el responsable del odio en Brasil", respondió a un grupo de periodistas desde donde surgieron más preguntas. Una fue sobre uno de sus discursos de la campaña de 2018 cuando propuso "ametrallar" a los petistas cargando un trípode del cámara convertido en un arma simulada (o imaginaria como las del agente penitenciario Guaranho).
El discurso a favor del asesinato como arma política siguió siendo una herramienta de Bolsonaro desde su llegada al gobierno en 2019. Esa táctica se reforzó este año con comentarios frecuentes incitando a una rebelión si Lula fuera electo dentro de tres meses, tal como lo pronostican todas las encuestas.
El jueves pasado habló de ese levantamiento lanzando algunas frases sugestivas ("ustedes saben que hacer") durante su habitual transmisión en vivo en las redes sociales. Ese llamamiento recordó al del 7 de septiembre de 2021, Día de la Independencia, cuando hubo un intento de autogolpe fallido mediante la movilización de miles de manifestantes en Brasilia y San Pablo, y la amenaza de invadir el Supremo Tribunal de Justicia siguiendo el formato del asalto al Capitolio estadounidense.
Este lunes el vicepresidente, Hamilton Mourao, fue en la misma línea del mandatario minimizando el crimen del militante petista como un caso de borrachos. Y propuso un pacto de impunidad para "cerrar este ataúd" y mirar hacia adelante.
El PT considera que ante el discurso de Bolsonaro sobre el asesinato como arma política debe haber medidas
Los planteos del presidente y su segundo de a bordo no convencieron a Gleisi Hoffmann, la titular del PT que llegó a a San Pablo para una reunión con Lula tras asistir al velatorio del militante en la localidad sureña de la Triple Frontera. "Bolsonaro no puede seguir dando sus mensajes en sus directos de los jueves y animar a las personas para que cometan actos de violencia".
Durante la reunión del PT en San Pablo, de la que participaron todos los partidos integrantes de la coalición que respalda la candidatura de Lula, se analizó cómo tipificar jurídicamente la conducta del mandatario. En el encuentro estuvo Cristiano Zanin Martins, el abogado defensor del líder petista en la causa 'Lava Jato'.
Hoffmann adelantó que el partido solicitará al Tribunal Superior Electoral (TSE), cuyo titular es el juez Edson Fachin, que adopte medidas para cohibir la incitación a la violencia y posibilitar que Bolsonaro pueda ser denunciado.
Asalto al Capitolio
La semana pasada, el magistrado brasileño Fachin ofreció una conferencia en Washington donde informó que en su país pueden ocurrir hechos similares o "peores" a los del Capitolio invadido por seguidores de Donald Trump en enero de 2021.
Mientras se debatía la situación brasileña en Estados Unidos, en Río de Janeiro era lanzada una especie de bomba mólotov contra un acto público de Lula en cuyo interior había excrementos.
El caso es que Lula se vio obligado a encabezar la concentración con un chaleco antibalas y en el PT se analizan medidas para reforzar su seguridad ante el riesgo de nuevos ataques, seguramente surgidos de grupos orgánicos o autónomos del bolsonarismo.
Mientras tanto un hijo del presidente, Carlos Bolsonaro, permanecía en Washington donde se tomó una foto sugestiva, junto al Capitolio, posteada en las redes sociales.
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