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Kabul suspende las negociaciones de seguridad con Washington

Karzai responde así al anuncio hecho por la Casa Blanca del inicio de un diálogo de paz directo con los talibanes

FAWAD WAZIRI (EFE)

El Gobierno afgano ha reaccionado este miércoles con dureza al anuncio hecho por EEUU del inicio de un proceso de diálogo con los talibanes y suspendió las negociaciones de seguridad con Washington y amenazó con no participar en el proceso de paz.

La primera reacción del presidente afgano, Hamid Karzai, llegó a través de un comunicado, en el que indicaba que la suspensión de las negociaciones con EEUU para un acuerdo de seguridad tras la prevista salida de la fuerzas internacionales en 2014 se debía a 'las contradicciones entre los actos y las declaraciones de EEUU respecto al proceso de paz'. Asimismo, Karzai amenazó con boicotear las conversaciones de paz con los talibanes en Doha, la capital del Emirato de Qatar donde los islamistas inauguraron ayer una oficina 'política', a menos que 'el proceso de paz esté bajo control de los afganos'.

Esa reacción se produjo después de que altos funcionarios estadounidenses afirmasen ayer en Washington que los talibanes iniciarán negociaciones directas de paz con el Gobierno afgano, en las cuales Washington tendrá 'un papel de apoyo'. 'Son negociaciones entre los afganos, no conversaciones entre Estados Unidos y los talibanes', precisaron las fuentes. Sin embargo, Washington reveló que las negociaciones de Doha se iniciarán con una reunión de una delegación de EEUU y otra insurgente, sin la presencia del Gobierno de Kabul, algo que ha indignado a Karzai.

Según fuentes locales, la administración afgana no fue informada oficialmente de la convocatoria de esa primera reunión, lo que muestra la tensión que el anuncio del proceso negociador de la capital qatarí ha suscitado entre Washington y Kabul. El presidente afgano se considera el único interlocutor legítimo para un eventual diálogo con los insurgentes, mientras que los talibanes siempre han rechazado negociar con el mandatario, a quien no reconocen y califican de 'títere' de EEUU.

En un tono más conciliador, el Consejo de Paz afgano -encargado de pilotar las negociaciones- ha asegurado que ve como muy positiva la apertura de la oficina talibán en Doha y que enviará en un futuro próximo una delegación hasta allí. 'Es un gran paso. Esperamos que la apertura de la oficina acelere las conversaciones y que éstas den como resultado la paz', afirmó uno de los portavoces del Consejo de Paz, Maulvi Shahzada Shahid, según recoge la agencia local AIP.

El diálogo con los talibanes está condicionado -según EEUU- a la ruptura de sus vínculos con la organización terrorista Al Qaeda, el respeto a la Constitución de Afganistán, incluidos los derechos de las mujeres y las minorías, y el fin de la violencia. Los talibanes, sin embargo, en una nueva muestra de fuerza, atacaron anoche la base militar de Bagram, situada cerca de Kabul, y mataron a cuatro soldados estadounidenses.

La acción se produjo el mismo día en el que la OTAN dio inicio a la última fase en el traspaso de la seguridad de Afganistán a la Policía y al Ejército afganos, que debe concluir a finales de 2014 si se cumplen los tiempos previstos. Las tropas de la misión de la OTAN en Afganistán (ISAF) llegaron a contar en el país asiático con unas 140.000 unidades y desde 2011 han ido dejando paulatinamente el control de la seguridad en el país al Ejército afgano, que cuenta en la actualidad con 350.000 soldados.

Sin embargo, el secretario general de la OTAN, Anders Fogh Rasmussen, recordó el martes que con el fin del proceso de transición las tropas de la ISAF no abandonarán por completo Afganistán, pues un número reducido pasará a desempeñar un papel 'diferente' en el país. 'Estamos planificando con nuestros socios una misión nueva y diferente (en Afganistán), cuyo objetivo será el apoyo, asesoramiento y formación de las fuerzas de seguridad afganas', aseguró el secretario general de la OTAN.

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