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El Kremlin adoctrina a su servicio a miles de jóvenes rusos

Los grupos juveniles afines al oficialismo son un arma contra la oposición

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Vladímir Putin, el Kremlin y el partido oficialista Rusia Unida cuentan con el arma que representan miles de jóvenes rusos de todo el país perfectamente organizados y adiestrados por movimientos como Nashi (Los Nuestros), Molodaya Gvardia (La Guardia Joven) o Stal (Acero). Estos grupos son muy activos haciendo campañas callejeras contra el peligro de la injerencia extranjera o la desintegración del país que supondría dejarlo en manos de la oposición democrática y liberal.

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Aparte de la formación que reciben en sus ciudades, lo jóvenes que demuestran aptitudes para convertirse en líderes asisten a un campamento de verano a las orillas del lago Seliguer, un paraje paradisíaco en la región de Tver, donde asisten a un curso intensivo de patriotismo en el que incluso las canciones de la gimnasia matinal les recuerdan que Putin salvó el país de la desintegración.

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Talleres, charlas, seminarios y otras actividades tienen ocupados durante una o dos semanas a unos 7.000 jóvenes procedentes de todas las regiones de Rusia. Muchos de ellos entran a formar parte de estos movimientos porque ven en ellos una plataforma para su futura carrera profesional y en el campamento hacen contactos; algunos incluso consiguen dinero para sus proyectos.

Desde el domingo las calles de Moscú se han visto invadidas por miles de estos jóvenes pro Kremlin para defender la victoria de Rusia Unida en las elecciones frente a los partidarios de los que ellos denominan “Revolución”. El martes, el día en que cerca de 600 opositores fueron detenidos, estos jóvenes intentaron silenciar a los disidentes con tambores al grito “Putin victoria”.

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Una parte de ellos ha llegado a Moscú de las regiones vecinas en autobús, en algunos casos a cambio de dinero o de entradas para una discoteca, y duermen en pabellones feriales. Algunos tienen discurso y parece que se crean lo que defienden: que la política de Putin y Medvédev es incuestionable. Por ejemplo, Svetlana de Ivanovo, se ha hecho muy popular con chistes en la red porque “gracias a Rusia Unida ahora vestimos mejor” .

Pero en muchos casos los jóvenes no quieren hablar o no tienen capacidad alguna de defender ningún argumento. Se esconden tras unos ojos tristes que delatan que no están muy contentos con lo que están haciendo. Numerosos testigos han denunciado estos días que los alumnos de varias instituciones educativas de Moscú, han sido obligados a abandonar sus clases para acudir al centro de Moscú y apoyar a los jóvenes de las organizaciones pro Kremlin.

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