Este artículo se publicó hace 14 años.
Las lluvias causan casi 200 muertos en las favelas de Río
Las autoridades brasileñas quieren desalojar por la fuerza las zonas de riesgo
Las lluvias ya han provocado 186 muertes en el Estado de Río de Janeiro, aunque podrían ser muchas más. Y la desgracia sigue cebándose con la población pobre que habita en las favelas de los morros [colinas] cariocas.
En Niterói, localidad de la periferia de Río, un nuevo deslizamiento de tierras destruyó 60 casas en el Morro do Bumba. Al menos 17 personas murieron, pero unas 200 personas podrían estar sepultadas bajo los escombros y las expectativas de encontrar supervivientes son mínimas. Sólo en este cerro, 3.000 personas han perdido sus casas; en todo el Estado son 14.000. Según las autoridades, la mayoría de ellas se han alojado en casas de parientes o amigos, aunque más de 3.000 dependen de albergues públicos.
La prensa local se preguntaba si la tragedia del Morro do Bumba se podía haber evitado. El diario Folha de São Paulo aseguraba que el gobierno municipal conocía la situación de riesgo desde hacía seis años, cuando un estudio de la Universidad Federal Fluminense constató que el área tenía un alto riesgo de accidentes y que exigía una vigilancia constante. Además, poco antes del corrimiento, parte de una casa se había desmoronado, pero las autoridades no ordenaron la evacuación.
Momentos de pánicoLa situación tampoco ha mejorado en la ciudad de Río, donde se revivieron momentos de pánico cuando, de madrugada, el agua del mar invadió el paseo marítimo de Copacabana. El alcalde carioca, Eduardo Paes, dijo que continuarán desocupándose las zonas con riesgo de avalanchas, por la fuerza si es preciso. La medida afectaría a unas 2.000 personas, y muchas de ellas ya se han mostrado dispuestas a permanecer en sus casas.
La ciudad sufre las consecuencias de años de desidia en los que las autoridades han permitido la expansión incontrolada de las favelas en los cerros. Cumplir con la ley, que exige implicar a la población local en la búsqueda de soluciones y reubicar a las familias desalojadas en lugares próximos, requeriría un estudio detallado para que, esta vez, los afectados no queden abandonados a su suerte. Un estudio que debería haberse hecho hace años para evitar medidas impuestas ahora por la urgencia y el pánico.
Las previsiones indicaban que continuarían las lluvias. También varios estados del nordeste brasileño, como Bahia, Sergipe y Alagoas, estaban en alerta.
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