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Lula recibe amenazas de muerte días antes de la Cumbre Amazónica

La Policía Federal detuvo a un terrateniente en Pará, Brasil, por conspirar para el asesinato del presidente. 

El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva
El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva. Andre Borges / EFE

La Policía Federal ha aumentado su presencia en el estado de Pará, Brasil, debido a la detención de un terrateniente sospechoso de conspirar para asesinar al líder del Partido de los Trabajadores (PT), mientras este se encontraba en la región el pasado sábado. El incidente coincide con la cumbre de líderes de la región amazónica programada para el próximo martes en Belém, la capital de Pará. El terrateniente Arilson Strapasson, arrestado el jueves en la ciudad de Santarém, amenazó con disparar a Lula da Silva, el líder del PT, diciendo: "Le voy a disparar en el abdomen". El mismo día la Policía interrogó a un agente de seguridad privada, cuya identidad no ha sido revelada, ya que expresó intenciones similares de homicidio a través de las redes sociales. 

"No les temo"

Lula reaccionó ante el suceso: "Ustedes conocen la noticia de que la policía detuvo a un ciudadano en Santarém que dijo que iba a matarme, y a otro en Belém que también dijo que iba a matarme. Si yo tuviera miedo no hubiera nacido, si tuviera miedo no sería presidente de la República. Mi madre decía: perro que ladra no muerde".

Hablando ante cientos de seguidores de la Amazonia, Lula elevó la apuesta al prometer que dejará de utilizar automóviles blindados y seguirá abrazándose con el "pueblo" a pesar de las amenazas hechas en su contra pocos días antes de reunirse con los representantes de siete Gobiernos de la región- incluyendo sus colegas Gustavo Petro, Nicolás Maduro y Luis Arce- para la Cumbre Amazónica

Bolsonaristas

Todavía está por confirmarse si las amenazas contra Lula fueron anuncios de potenciales asesinos o sólo se trató del alarde de dos mitómanos. Lo cierto es que a estos dos casos se sumó una tercera amenaza registrada días atrás contra el vicepresidente Geraldo Alckmin, según reveló el canal GloboNews.

Frente a semejante escenario, el Ministerio de Justicia, la Agencia Brasileña de Inteligencia y la gobernación de Pará resolvieron incrementar las alertas. La Amazonia es una región donde abundan las organizaciones delictivas y los simpatizantes armados: tarratenientes, policías, militares y paramilitares seguidores del expresidente Jaír Bolsonaro.

Durante el período de gobierno de Bolsonaro, que abarcó desde 2019 hasta 2022, el estado de Pará se posicionó en los primeros puestos de la lista en cuanto a homicidios de campesinos sin tierra e indígenas. Estos actos violentos se entrelazan con los delitos ambientales que ocurren en la Amazonia brasileña, una vasta región que abarca unos 4,5 millones de kilómetros cuadrados, equivalente a casi el 60% del territorio nacional.

Punto sin retorno

La deforestación, causada principalmente por incendios intencionales y la tala ilegal de bosques, se disparó un 73% en los tres primeros años del gobierno de Bolsonaro, período en el que fueron destruidas cerca de 35.000 hectáreas de selva.

De haber continuado esta política de tierra arrasada, se corría el riesgo de llegar a un punto de no retorno ecológico, a través de una emisión de carbono superior a la que pueden absorber los bosques, acelerando el calentamiento global.

Aún así, la semana pasada Bolsonaro aseguró que los incendios en la selva son una invención de las "narrativas" de las ONG, los países del "norte" y del gobierno "entreguista" del PT. Defendió una vez más la explotación de minerales en tierras indígenas. Además, recordó haber impulsado una serie de proyectos respaldados por su aliado Donald Trump en pos de la modernización: un planteo ecocida.

Bolsonaro no hizo más que revivir las antiguas ideas de la dictadura, las cuales resultaron en la trágica pérdida de alrededor de 8.000 vidas indígenas debido a enfermedades, desplazamientos forzados y actos violentos, como reveló la Comisión de la Verdad en 2014. Estas acciones tenían como objetivo llevar a cabo una supuesta búsqueda de "orden y progreso" en la selva. Estas mismas nociones fueron reiteradas por él durante su discurso en la Asamblea de la ONU en 2019, momento en el que insultó al anciano líder Raoni Metuktire, quien es nonagenario y pertenece a la etnia Kayapó.

Más allá de los discursos, el Tribunal Penal Internacional de La Haya contonúa analizando una denuncia contra el dirigente de extrema derecha por "genocidio" debido a una serie de medidas en perjuicio de los pueblos originarios durante su mandato. Se le acusa de alentar la penetración de buscadores de oro y diamantes en las reservas así como de retrasar el envío de medicamentos a las aldeas durante la pandemia del coronavirus.

Por otro lado, el líder indígena Raoni, quien mantiene una relación cercana con Lula y lo acompañó al subir la rampa del Palacio del Planalto el 1 de enero, formó parte de las discusiones que tuvieron lugar el viernes como preparación para la conferencia presidencial que se llevará a cabo la próxima semana en Belém.

Delitos múltiples

El propietario de tierras detenido el jueves en Santarém bajo sospecha de estar involucrado en un supuesto plan de atentado, también participó en el intento de golpe de Estado del 8 de enero. Durante este episodio, se produjo la vandalización de los edificios del Palacio del Planalto, el Congreso y el Supremo Tribunal Federal en Brasilia, con la intención de establecer un régimen militar. El viernes, el Ministro de Justicia y Seguridad Pública, Flavio Dino, afirmó que el Gobierno será implacable con aquellos que persistan en amenazar a la democracia en proceso de consolidación. Dino subrayó: "Incluso después del fracaso de los intentos de golpe en enero, aún hay individuos que continúan amenazando con asesinar o agredir físicamente a las autoridades de la República. La Policía Federal seguirá aplicando la ley en contra de los infractores".

Desayuno con el presidente

El encuentro amazónico del próximo martes fue el tema convocante del desayuno ofrecido por Lula a corresponsales el miércoles pasado en el Planalto. Fue el primero compartido con periodistas extranjeros, entre ellos este reportero, en lo que va de su tercer mandato, con el fin de darle un peso destacado a la "diplomacia verde", en línea con el propósito de reinstalar al país como una "potencia" ecológica. Junto al mandatario se encontraban el ministro de Relaciones Exteriores, Mauro Vieira, y el asesor especial sobre asuntos internacionales, el excanciller Celso Amorim y el ministro de Comunicaciones, Paulo Pimenta.

Antes de asumir el gobierno, Lula participó como presidente electo en la cumbre ambientalista COP27 realizada a fines del año pasado en Egipto, y en noviembre viajará a los Emiratos Arabes para atender la COP28. La ONU escogió a Belém como sede de la COP30, cumbre agendada para 2025.

Durante el desayuno, Lula repasó varias medidas contra la devastación de la flora amazónica adoptadas en sus primeros meses de gestión. Aseguró que será "muy duro" con los invasores de tierras y los extractores ilegales de minerales que afectan la seguridad de los pueblos originarios.

"Brasil va a cumplir lo que prometió, nosotros vamos a llegar a la deforestación cero en 2030. Pueden escribir eso y guardarlo para pedirme que les rinda cuentas en 2030".

De acuerdo con Lula, la preservación del 'pulmón del mundo', como es conocida la región del Amazonas, es tan urgente como frenar la guerra en Ucrania, para lo cual reiteró su propuesta de diálogo entre Kiev y Moscú, y necesidad de impulsar un debate global sobre la desigualdad. "Espero contar con el apoyo del compañero Xi Jinping y de Joe Biden" para dar fuerza a la discusión sobre la desigualdad, tema que va a presentar ante la Asamblea de la ONU el próximo septiembre en Nueva York, y posiblemente en la cumbre de los BRICS a fines de este mes, en Johanesburgo, Sudáfrica".

Sur Global

Lula cerró el desayuno asumiendo el papel de reportero. Le preguntó a un corresponsal alemán por qué los grandes medios occidentales son en mayor o menor grado omisos frente a la prisión de Julian Assange. "Es una vergüenza que un periodista que denunció las tropelías de un Estado (Estados Unidos) contra otros, se encuentre preso y esté condenado a morir en la cárcel". No es la primera vez que toca el tema. Recientemente recordó que gracias a Wikileaks, Brasil supo del espionaje de la NSA norteamericana contra la expresidenta Dilma Rousseff y Petrobras.

El ex tornero mecánico trabaja para afirmarse como un portavoz de un sur global que pretende un rol mas protagónico a través del cuestionamiento de la prensa dominante, tanto como el repudio al FMI por "hundir" a los países endeudados, la defensa del comercio internacional con monedas locales y el apoyo a la ampliación de los BRICS a través de la incorporación de Argentina. Pero también, como dijo el miércoles, con el ingreso de Arabia Saudí, propuesta que debe ser poco simpática para Washington.

En cuanto a la próxima conferencia amazónica del martes, Lula desea que adquiera un enfoque más global. En esta dirección, ha extendido invitaciones a los gobiernos de Congo e Indonesia, naciones que cuentan con vastas selvas tropicales en África y Asia, respectivamente.

En este sentido, expresó su esperanza de que la cumbre marque un punto de referencia histórico en términos de reflexión y planes de acción relacionados con la Amazonia. Busca que los gobiernos que representan a los habitantes de esta vasta región de seis millones de kilómetros cuadrados en América del Sur colaboren en la creación de un programa conjunto. Su objetivo es que esta iniciativa deje de ser influenciada por las metrópolis, a las cuales ha señalado como las verdaderas responsables del desastre ambiental actual debido a las emisiones de gases contaminantes que se originaron con la revolución industrial.

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