Madre de Dios, una llamada de auxilio desde la Amazonia peruana
La selva arde en el suelo peruano donde empresas, campesinos y bandas criminales saquean el bosque tropical más grande del mundo ante el abandono del Estado.
Madrid-Actualizado a
Un bosque quemado en el departamento de Madre de Dios (Perú)
Las fotografías del 4 de septiembre de 2022 muestran el crítico estado de la deforestación de la selva amazónica peruana a escasos minutos de Puerto Maldonado, capital de Madre de Dios. La quema de terrenos, que son posteriormente utilizados para su explotación, es una actividad ya tan frecuente que cada vez hay más zonas negras por la ceniza frente a las áreas verdes que resisten en el bosque tropical.
Una fotografía aérea tomada con un dron de una zona calcinada
El gran vacío negro que muestran los bosques de la zona se deben a grandes incendios provocados para dedicar los suelos al cultivo, la ganadería o la minería ilegal. Las empresas, los grandes cultivos y las bandas criminales son los responsables del saqueo de los bosques, abandonados por el Estado de Perú.
Un hombre camina entre las cenizas por el Amazonas peruano
Las mafias madereras cortan primero los árboles con mayor valor en el mercado, dejando el terreno desprovisto. Después de la quema del mismo, este se usa muchas veces para el monocultivo de papaya, maíz, palma o cacao, algo que debilita un suelo acostumbrado a una gran diversidad.
Troncos de árboles shihuahuaco transportados en un camión
Los grupos criminales y empresas que llevan a cabo la tala ilegal y la búsqueda de oro en esta zona ejercen un gran poder sobre defensores ambientales y comunidades indígenas, que pide que se proteja la selva y se reconozca el valor de los grandes árboles para que no sean demandados por el mercado internacional.
Las llamas dejan paso a un suelo humeante
Más de 500 pueblos indígenas de la cuenca amazónica peruana han advertido en un congreso la pasada semana sobre la urgencia de actuar frente a las amenazas que están destruyendo el bosque. Delegados y representantes de los nueve países que integran el Amazonas han pedido la implicación de pueblos, Estados y organizaciones internacionales para preservar el gran pulmón del planeta.
Un árbol se mantiene erguido tras la quema de la zona
Los pueblos indígenas denuncian la forma que tiene el mundo de ver la selva del Amazonas como una fuente inagotable de recursos. Este bosque de 7.000.000 km² es una de las ecorregiones con mayor biodiversidad en el planeta y un gran agente contra la crisis climática.
Los resto de árboles incendiados se acumulan en la tierra
La capacidad de restauración del bosque tropical se está agotando y, de seguir con el ritmo actual de deforestación, el Amazonas no llegará a 2025, según ha demostrado un informe recientemente.
Una toma aérea de la selva muestra su deforestación
El documento La Amazonía a contrarreloj: Un diagnóstico regional sobre dónde y cómo proteger el 80 % al 2025 alerta que el 26% del bosque amazónico se encuentra ya en un estado de deforestación y degradación. Cada día se extinguen en esta selva 137 especies vivas.
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