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La mala gestión de Tepco colma la paciencia del Gobierno nipón

La compañía admite nuevos errores en la medición de la radiactividad de Fukushima

DAVID BRUNAT

El Gobierno japonés empieza a estar harto de la Compañía Eléctrica de Tokio (Tepco), propietaria de la central de Fukushima. Ya avisó a sus directivos hace menos de una semana, cuando Tepco anunció por error que la radiactividad en un reactor superaba 10 millones de veces el límite permitido. 'No toleraremos que vuelva a pasar algo así', dijo entonces el Gobierno, indignado por el estallido de pánico mundial que había provocado el fallo. Y sin embargo, ha vuelto a ocurrir. Tepco anunció el jueves que el agua subterránea de la central contenía 10.000 veces más yodo radiactivo de lo permitido. Hoy rectificó tras detectar fallos en los programas de evaluación de materiales como el telurio, molibdeno y zirconio.

'Es extremadamente lamentable', espetó Hidehiko Nishiyama, portavoz de la Agencia de Seguridad Nuclear Japonesa (ASNJ). 'Tepco afronta una grave situación y no está cumpliendo las expectativas. Sus datos deberían ser fiables', continuó.

Pero la gota que colmó el vaso de la paciencia con Tepco fue la revelación de que los samurais de Fukushima, esos cerca de 1.000 operarios que en sus propias palabras se están 'suicidando' para tratar de controlar el escape nuclear, no disponen ni siquiera de un dosímetro (aparato para medir la radiación que absorbe el cuerpo) para cada uno.

Trabajadores de Tepco aseguraron que sólo hay 320 aparatos disponibles. Antes había 5.000, pero el tsunami estropeó la mayoría. Ante la carencia, solamente el líder de cada uno de los equipo lleva un dosímetro consigo, mientras el resto de operarios pasan largos períodos expuestos a la radiación totalmente a ciegas, una situación extremadamente peligrosa.

De hecho, varios trabajadores llevan días quejándose a la empresa de la falta de protección y mostrando su gran preocupación ante las consecuencias para su salud les puede acarrear esta tremenda negligencia. 'Desde hoy, todos los trabajadores llevarán dosímetros, y si no puede haber uno para cada uno, el trabajo no se llevará a cabo', prometió el portavoz de la ASNJ, quien adelantó que llegarán 100 nuevos dosímetros a Fukushima.

Tepco ya había sido amonestada por su poca atención a la seguridad después de que tres operarios sufrieran quemaduras tras exponerse a radiaciones extremas sin conocimiento, cuando la empresa conocía de antemano ese peligro y no les avisó. El descontento popular se ha plasmado en una imagen inhabitual en la capital tokiota: un centenar de personas ha protagonizado dos protestas frente a la sede de Tepco en una semana.

El primer ministro, Naoto Kan, indicó hoy que el Gobierno podría tomar el control de Tepco debido a la enorme factura de las compensaciones, que se estiman en 91.000 millones de euros. La idea es adquirir menos del 50% de la empresa, ya que superar ese porcentaje supondría nacionalizar la empresa, algo que el Gobierno no contempla.

Sobre el terreno, el objetivo hoy era vaciar los tanques para seguir almacenando el agua contaminada que inunda los reactores 1, 2, 3 y 4. También se empezó a rociar con resina algunas zonas de la planta para evitar que el polvo radiactivo se extienda con el viento y la lluvia. En dos semanas se verterán 60.000 litros de resina sobre la planta nuclear.

A todo esto, militares de Japón y Estados Unidos iniciaron hoy una campaña de tres días para buscar a los 16.451 desaparecidos por el tsunami. En la operación participarán 25.000 soldados.

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