Este artículo se publicó hace 13 años.
Malta legaliza el divorcio pese a las amenazas de la Iglesia
Un 53% de los votantes apoya el sí' en el referéndum
"Malta es tan europea como ayer, pero ahora finalmente lo reconocemos". Para Deborah Schembri, la cara visible de movimiento en favor del divorcio, Malta ha hecho historia. Su campaña tenía por lema "dar al amor otra oportunidad" y consiguió llevar el debate "lejos de los partidos políticos". Con el 53% de los votos, su "nueva forma de hacer política" se impuso a la influencia de la Iglesia, que durante la campaña había llegado a sugerir que votar sí (o iva, en maltés) significaría caer en un pecado que no sería absuelto en una confesión.
"Tengo 21 años y estoy muy feliz, porque ahora muchos matrimonios rotos tienen una alternativa", asegura Nikita Alamango, otra de las responsables del movimiento. "Quizás estaría mejor en casa, estudiando para sacar mejores notas, pero tengo amigos que lo viven día a día y que sufren por un matrimonio que murió hace 20 años", lamenta.
El pequeño país deja de ser el único de la UE que no lo admitía
Hasta ayer, Malta era el único país de la Unión Europea sin divorcio. Tras el resultado, sólo Filipinas y Ciudad del Vaticano no lo reconocen. Cuando se adopte formalmente, los malteses disponen de una ley a la irlandesa, que exige cuatro años de separación como condición previa. Para Jeffrey Puluccino Orlando, el diputado del partido conservador autor de la ley, el referéndum "no era sólo sobre el divorcio, en juego estaba la separación entre Iglesia y Estado".
A debate en el parlamentoPuluccino Orlando es una excepción en su partido, de centro derecha, que lleva 25 años en el Gobierno central y se posicionó oficialmente en contra del divorcio. "Aunque no es el resultado que esperaba, ahora es nuestro deber encargarnos de que la voluntad de la mayoría sea respetada", aseguró Lawrence Gonzi, el primer ministro. No en vano, el parlamento deberá debatir de nuevo la ley y algunos diputados próximos a la jerarquía católica amenazan con mantener su voto en contra.
La jerarquía católica financió una campaña para pedir el no'
La campaña de la Iglesia cedió para la causa fondos y sacerdotes y se centró en defender a los hijos de las parejas divorciadas, que protagonizaron decenas de vallas publicitarias con un mensaje disuasorio: "Si piensas en mí, vota no". Algunos sacerdotes reconocieron haber negado la absolución y la comunión a los feligreses que tenían previsto votar sí, mientras dirigentes eclesiásticos y hasta el ministro de Economía describían el dolor de Jesucristo y la Virgen María por la cantidad de malteses apartados de su doctrina. Según las encuestas, un 98% de la población se considera católica.
Cuando el sábado por la noche cerraron los colegios electorales, los obispos malteses hicieron público un comunicado en el que expresaban su "dolor por si alguien se sintió atacado por palabras o acciones de los miembros de la Iglesia", al tiempo que prometieron "perdonar incondicionalmente a aquellos que nos han atacado".
"En Europa hay divorcio, pero no creo que haya hecho justicia con nadie", explica Alexis Callus, del movimiento joven por el no. "En España, el Gobierno no es laico, sino anticlerical, y [José Luis Rodríguez] Zapatero ha conseguido llevar al país a la ruina", asegura.
Por su parte, el líder del Partido Laborista, Joseph Muscat, aseguró que con el resultado "nace una nueva Malta". Para Schembri, abogada especializada en Derecho de Familia, "los malteses ya no tendrán que avergonzarse al hablar de derechos civiles en Europa".
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