Este artículo se publicó hace 14 años.
Marco Rubio, el Obama de la derecha de EEUU
El hijo de inmigrantes cubanos es la estrella de los extremistas
El mejor ejemplo del terremoto conservador ocurre en estos momentos en Florida, donde el gobernador, Charlie Crist, un republicano moderado que se presenta al escaño de senador, se ha visto desbordado por la candidatura de un político local, hijo de inmigantes cubanos, Marco Rubio. El propio New York Times le entronizó en la portada de su magazine como "el próximo senador del Tea Party" (entre signos de interrogación) y en estos momentos empata en los sondeos con Crist, algo impensable hace unos meses.
Rubio abrió la conferencia del CPAC, el pasado jueves, en su primera gran intervención en la escena política nacional. Los asistentes lo acogieron con una ovación atronadora. El candidato, de 38 años, que empezó su carrera en Miami y fue portavoz de los republicanos en el congreso de Florida, se ha convertido en una suerte de Obama conservador, jóven, ambicioso, buen orador, la nueva cara de los radicales.
Acusa al presidente de "usar la recesión para cambiar Estados Unidos"
En su discurso, desgrana los grandes objetivos del Tea Party, la plataforma electoral con la espera ganar en las legislativas de noviembre. Rubio acusa, sin mencionarlo directamente, al Gobierno de Obama de "usar la recesión para cambiar Estados Unidos"; asegura que la cita electoral de 2010 "será un referéndum sobre la auténtica identidad de nuestra nación, porque lo que está en juego "es tan grande, tan importante, tan generacional, que las viejas reglas políticas no se aplican". Y, ya más apocalíptico, afirma que "si perdemos esta oportunidad, no habrá vuelta atrás para Estados Unidos".
Lo que le granjea más aplausos y pone a la sala en pie es el tema terrorista. "Haremos lo que sea necesario para derrotar al terrorismo islámico radical. Destruiremos a sus células y a los que sobrevivan, los capturaremos. Les sonsacaremos información y los llevaremos ante la justicia, en unos tribunales militares en Guantánamo [gritos enfervorecidos de apoyo] y no en una corte civil en Manhattan", aunque esto último parece cada vez más improbable, visto que el Gobierno se enfrenta a una resistencia cada más feroz, no sólo entre los conservadores.
Pocos toques étnicos"Si perdemos esta oportunidad, no habrá vuelta atrás para EEUU"
Aunque Rubio basa su imagen política en sus raíces inmigrantes, como lo hiciera Obama en su exótica mezcla de Kenia y Kansas, el candidato nunca pronuncia la palabra Cuba. "Me criaron unos exiliados, gente que perdió su país y conocía la importancia de unas elecciones demócraticas". Su padre "vendía café en las calles de Habana" y su abuelo fumaba "tres puros diarios". Son los únicos toques étnicos.
Hasta hace poco nadie conocía a Rubio, y ahora representa a un movimiento que se enorgullece de no tener líderes. Hay otros muchos contendientes, entre ellos, Mitt Romney, ex aspirante a la candidatura republicana contra John McCain en 2008, y padrino político de otra estrella conservadora, el recién elegido senador por Massachusetts, Scott Brown, quien el pasado enero ganó el escaño ocupado durante medio siglo por Ted Kennedy y sembró el pánico entre los demócratas. Ambos también hablaron en la conferencia conservadora.
Y luego está Sarah Palin, que brilló por su ausencia en la cita de Washington. La ex gobernadora de Alaska declinó la invitación de la CPAC al considerar que sus organizadores estaban demasiado cercanos al establishment de la capital y, por tanto, corruptos ideológicamente. Otro indicio de que los conservadores no están tan unidos como parece y que Palin, quien a finales de marzo emprenderá una gira "Tea Party Express" por todo Estados Unidos, se reserva sus municiones políticas.
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