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Más de veinte cristianos españoles pretenden enrolarse en las milicias que combaten al Estado Islámico

'Crowdfunding' para comprar equipamiento militar

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Un sacerdote bendice a un miliciano del Consejo Militar Siriaco de Siria.

MADRID.- Más de veinte españoles están buscando, movidos por su fe, el modo de enrolarse en las milicias que combaten a Daesh, el grupo yihadista popularmente conocido como Estado islámico, en Siria y en Irak; entre ellos hay varios legionarios. Los interesados en luchar en las filas kurdo-asirias han recabado información a través de Resistencia Cristiana, una página de Facebook dedicada a las unidades militares siriacas de Mesopotamia.

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“Ignoramos cuántos de ellos han insistido o desistido de su empeño de luchar en Siria o en Irak tras dirigirse a nosotros. Es difícil saber si la persona que nos aborda responde a un calentón o a una larga reflexión de días. Pero lo cierto es que algunos mostraron un interés reiterado. Nuestra recomendación fue siempre la misma”, añade el gestor de comunidades de Resistencia Cristiana, un español cuyo nombre prefiere mantener en el anonimato. “Lo de menos”, precisa, “es quiénes somos nosotros, dejémoslo en que somos un grupo heterogéneo de personas horrorizadas”.

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Publicación de Resistencia Cristiana en Siria y en Iraq en Facebook.

“Orgulloso de poder combatir algún día a su lado. Que Dios le guarde muchos años”, dejó escrito el 10 de junio el usuario Sergio Prieto, bajo el retrato de Hawro George Malkum, un miliciano asirio de 71 años. Entre los comentarios de otra foto pública de su perfil de Facebook, un amigo le invita a traerle “un trofeo de caza” bajo la imagen de un asirio empuñando un fusil AK, al que el usuario identificado como Prieto llama “tata”.

"Lo único que pretendo es socorrer a los cristianos", afirma un español interesado en viajar al frente

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“Ni soy un integrista, ni me interesa la política, ni jamás tuve nada en contra de los musulmanes”, asegura por teléfono a este diario otro español interesado en viajar al frente. Por motivos legales, ha pedido que se mantenga su identidad en el anonimato. “Estoy dispuesto incluso hasta dejar mi empleo. Lo único que pretendo, si es que eso es posible, es socorrer a los cristianos. ¿Qué quiere que le diga? Me aterra la barbarie de la que vienen siendo víctimas. Y eso no me convierte en una especie de reaccionario”, precisa. El aspirante a miliciano, oriundo de Madrid, dice que está actuando con cautela porque teme ser encarcelado a su regreso, si finalmente lo consigue y transciende su presencia en las milicias.

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En efecto, el asunto es, cuando menos, espinoso, en vista de sus implicaciones legales.Los voluntarios extranjeros no son, en rigor, mercenarios, dado que no les mueve el ánimo de lucro, ni desean combatir a cambio de una recompensa material. Sin embargo, las legislaciones de Occidente condenan la implicación directa de sus ciudadanos en las guerras de otros países. El caso más reciente acaecido en España fue el de los ocho jóvenes detenidos y puestos en libertad con cargos a finales de febrero de este año tras retornar del frente ucraniano, donde combatieron del lado de las milicias separatistas. Se les acusaba, entre otras cosas, de “delitos de cooperación o complicidad en asesinatos y homicidios” y de “tenencia y depósito de armas y explosivos”. Quienes luchan en las unidades de Daesh deben hacer frente, además, a una pena por integración en un grupo terrorista.

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Póster publicado por el Consejo Militar Siriaco donde se solicita ayuda militar para los cristianos.

Por razones también legales, ninguna ha creado unidades oficiales de reclutamiento. Lo que sí han pedido abiertamente es apoyo económico para la adquisición de pertrechos y armamentos. Algunas milicias han llegado a adquirir mediante colectas incluso misiles propulsados por cohete, los popularmente conocidos como RPG. “¿Vas a dejar a tus hermanos y hermanas luchar solos? Ayúdanos a crear un lugar seguro para los asiro-siriacos y otras minorías”, rezaba uno de los carteles diseñados por el Consejo Militar Siriaco (ver imagen arriba). A falta de ayuda militar occidental, todas estas unidades se financian mediante las aportaciones de cristianos. Adquieren sus pertrechos militares y armamentos en el boyante mercado militar de Oriente Medio, cuando no a los propios kurdos.

Compañeros de viaje imposibles

Se trata, en todo caso, de un episodio anecdótico que no empaña ni de lejos un hecho que a menudo la prensa occidental pasa por alto al glosar los triunfos en Kobane, Tel Abbyad y otras ciudades: kurdos y asiro-siriacos han cerrado filas contra Daesh, tanto en Siria como en Irak, y han aparcado sus no pocas diferencias y recelos seculares para salvar sus vidas y las de otras minorías como los yazidíes de Sinjar.

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“Quien pretenda reducir este conflicto a una especie de lucha entre progresistas y reaccionarios se equivoca”, defiende el antropólogo Ricardo Georges Ibrahim

De hecho, los conflictos bélicos de Irak y Siria han hecho compañeros de viaje imposibles, amén de enrevesadas alianzas coyunturales: milicianos cristianos peleando del lado de los, digamos, “nihilistas”; supuestos terroristas de izquierda (los brigadistas internacionales marxistas procedentes de Anatolia) tácitamente apoyados por la aviación estadounidenses; gobiernos formalmente democráticos (el de Turquía) socorriendo en la trastienda a los “nazi-islamistas” de Daesh y, finalmente, patriotas conservadores de Estados Unidos luchando del lado de los ateos del Partido de Unión Democrática (PYD), una organización política esencialmente anarquista e ideológicamente inspirada por el antaño estalinista PKK de Abdullah Ocalan, hoy devoto seguidor desde la cárcel de Estambul del socialista libertario Murray Bookchin.

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Un grupo de cristianas iraquíes.

“Y sin embargo, están luchando de su lado, tanto en Irak, con los peshmergas, como en el norte de Siria, junto a las milicias izquierdistas del YPG y la YPJ. ¿Por qué? Básicamente, por dos razones. Primero, porque su debilidad numérica les obliga a establecer alianzas coyunturales. O dicho de otro modo, son tan pocos que tienen que combatir junto a sus vecinos, sean quienes sean estos. Pero, por otra parte, no es de extrañar que apoyen a un partido que apela a la libertad de creencias religiosas como uno de sus principales pilares ideológicos. En contra de lo que la gente piensa, los cristianos no son un grupo homógeneo”, continúa Georges Ibrahim.

"Nuestra humilde opinión es que la única forma de hacer frente a Daesh es la solución militar", declara el gestor de Resistencia Cristiana

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En su foto de perfil de Facebook, aparece la letra “nun” de nazareno, con la que los islamistas han marcado las casas de cristianos de las zonas que ocupan, un perfecto correlato de la estrella de David amarilla con la que los nazis obligaban a identificarse a los judíos. Como es bien sabido, los yihadistas de Daesh invitaron a los cristianos de Mosul a convertirse, morir o abandonar la ciudad. Todos optaron por lo último y dejaron su patria secular tras perder sus posesiones. Tanto la mencionada ciudad noriraquí como el grueso de las poblaciones cristianas de los Llanos de Nínive siguen bajo el control de Daesh. Hace ahora dos semanas una coalición de tropas liberó varios pueblos cristianos de la ribera del Jabur.

Aldeanos sin experiencia militar

Las milicias asirias que defienden actualmente estos pueblos liberados están esencialmente formadas por aldeanos sin ninguna experiencia militar. El antecedente más directo de todas ellas fue el pequeño ejército de 5.000 hombres que el Movimiento Democrático Asirio (Zawaa o ADM, de acuerdo a sus siglas en inglés) creó en Irak tras la caída del régimen de Sadam. En aquella ocasión, transformaron en cuarteles las comisarías de fedayines abandonadas por el régimen.

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