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Merkel impone disciplina en la coalición de la derecha alemana

La canciller supera los fracasos electorales y las riñas con sus socios liberales de Gobierno

PATRICIA BAELO

'La rebelión contra Merkel terminó en silencio', apunta un editorial del Frankfurter Allgemeine Zeitung. El diario se refiere así a la votación que tuvo lugar ayer en el Bundestag acerca de la reforma y ampliación del fondo europeo de rescate. Era la prueba de fuego para una canciller muy debilitada por las riñas internas con sus socios de Gobierno y los varapalos en las urnas. Contra todo pronóstico, la líder de la coalición democristiana y liberal logró su objetivo: más allá de conseguir una amplia mayoría para el paquete de rescate europeísta, lo hizo gracias al respaldo de sus filas, donde 315 parlamentarios de 330 le mostraron su apoyo.

Angela Merkel puede respirar tranquila. No sólo vuelve a reforzar su imagen como dama de hierro y mujer poderosa más allá de las fronteras alemanas, sino que el resultado de la votación evita que quede como la gran humillada, incapaz de convencer a sus propios correligionarios y dependiente de que la oposición le tienda una mano. O, mejor dicho, más que ganar, la jefa del Gobierno alemán, no pierde, pues la votación de la Cámara escondía en realidad una moción de confianza para ella y su Ejecutivo.

Aprueba el fondo de rescate gracias al voto de 315 de sus 330 parlamentarios

Desde hacía semanas, la ratificación del plan para salvar al euro había abierto un cisma en la coalición entre los miembros que estaban de acuerdo con los planes de su líder y los que no. El euroescepticismo se ha apoderado de muchos parlamentarios germanos, insolidarios y contrarios a rescatar a sus vecinos en apuros. Sobre todo, de los liberales, quienes incluso plantearon la posibilidad de una quiebra ordenada de Grecia, cuestionando la postura alemana que había planteado la propia canciller. Ello desgastó aún más a una Merkel en pleno año de maratón electoral complicado, en el que perdió hasta seis de siete comicios regionales. La tensión llegó hasta tal punto que un buen número de expertos pronosticaban la disolución del Gobierno y una convocatoria de elecciones anticipadas, como hizo Gerhard Schröder. Ahora la votación le supone un motivo de alivio.

Sin embargo, muchos aseguran que la batalla que ganó ayer Merkel no es más que una tregua. La crisis de sus socios liberales seguiría siendo igual de dramática que en los últimos meses, pues a escala federal no rebasan el 2% de los votos (menos aún que formaciones tradicionalmente minoritarias como los nazis del NPD o el Partido para la Protección de los Animales) y desempeñan cada vez un papel menos importante en la política alemana.

Evita ser humillada y refuerza su perfil de dama de hierro' en el extranjero

Su defensa de la ideología liberal a ultranza volverá a generar confrontaciones con la canciller. Sin ir más lejos, en unas semanas el Gobierno deberá decidir sobre las rebajas fiscales, uno de los temas que más ampollas levanta. Para colmo, las votaciones sobre el segundo rescate de Grecia y el mecanismo de estabilidad permanente (ESM) de la eurozona ambos previstos para octubre y principios de 2013, respectivamente podrían acabar por destruir esa paz provisional entre los socios del Ejecutivo. 'Angela Merkel ha ganado tiempo, nada más', apunta el diario regional Nordwest-Zeitung.

'Esta crisis es demasiado grande para dar pequeños pasos y, evidentemente, también le viene grande a usted'. Con esta dureza se dirigía a Merkel el líder de los Verdes, Jürgen Trittin.

Por su parte, el jefe de La Izquierda, Gregor Gysi, espera que haya elecciones generales anticipadas en 2012, pese al resultado de ayer. 'Porque los ahogados como el FDP no actúan ni deciden con raciocinio', subrayaba.

Efectivamente, todo apunta a que, como bien comenta el semanario Der Spiegel en su edición online, 'la pelea por el fondo europeo de rescate se convertirá en una prueba electoral.'

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