Este artículo se publicó hace 13 años.
Los militares egipcios pretenden controlar la nueva Constitución
Una brutal paliza policial deja en coma a un candidato de la coalición progresista Revolución Continua. Fin de la segunda ronda electoral
La segunda ronda de las elecciones legislativas en Egipto concluyó ayer con un balance parecido al de la primera: alta afluencia de votantes y numerosas irregularidades, si bien de poca importancia, extendidas por las nueve provincias con escaños en liza. La tercera y última etapa para elegir los 498 diputados de la Cámara Baja, en la que participarán las nueve provincias restantes, tendrá lugar la primera semana de enero
El incidente de mayor importancia fue la fuerte paliza que propinaron miembros de la Policía militar a Mohamed Yáser al Rifai, candidato de la coalición progresista Revolución Continua, en la localidad de Sharquiya. Al Rifai perdió la conciencia, y por la tarde cayó en estado de coma.
La Junta Militar dice que el Parlamento no será "representativo" de la sociedad egipcia
Según testigos oculares, la Policía le negó la entrada a un colegio electoral, a pesar de que contaba con el permiso correspondiente. Tras insistir en su empeño, lo redujeron de manera brutal. Todo un recordatorio de que la celebración de elecciones libres no se ha visto acompañada del desmantelamiento del sistema de seguridad de la época de Mubarak, pues aún hay decenas de presos políticos en las cárceles egipcias.
Más allá de los resultados, una de las grandes incógnitas es saber con qué poderes contará el nuevo Parlamento. Tras conocerse la amplia victoria islamista en la primera ronda, un miembro de la Junta Militar declaró que el legislativo no sería "representativo" de la sociedad egipcia, sugiriendo que la cúpula castrense participará en el nombramiento de buena parte de los miembros del comité que redactará la nueva Constitución.
Consejo consultivoLos Hermanos Musulmanes dejan el consejo consultivo en señal de protesta
La declaración despertó una gran polémica, y los Hermanos Musulmanes se retiraron del consejo consultivo de reciente creación que debe ser interlocutor entre las fuerzas políticas y la Junta Militar durante el proceso electoral. En una de sus primeras reuniones, esta semana, el consejo consultivo declaró que no pretendía sustituir al Parlamento en su rol de redactar la nueva Carta Magna, y que en sus negociaciones con la Junta Militar se limitaría a proponer criterios para la elección de los miembros del comité constitucional.
Para apaciguar los ánimos, otro general de la Junta aseguró recientemente que los miembros del futuro comité constitucional serían miembros del legislativo, pero no especificó cuál sería el procedimiento exacto para su elección. Algunos analistas temen que, aprovechando los miedos suscitados por la victoria islamista en algunos sectores de la sociedad, la cúpula castrense intente dividir de nuevo a la oposición laica y la islamista para poder otorgarse un rol político como garante de la naturaleza laica del Estado.
Por otro lado, una cuarentena de jóvenes revolucionarios que se encontraban acampados frente a la sede del Gobierno sufrieron una intoxicación el martes por la noche, después de haber comido los bocadillos que les ofreció una misteriosa mujer. Según el Movimiento del 6 de Abril, se trata de un caso de envenenamiento premeditado con el objetivo de conseguir que los jóvenes abandonen su concentración de protesta.
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