Este artículo se publicó hace 16 años.
Mugabe pierde por primera vez el control del Parlamento de Zimbabue
Quinto día sin cifras de las presidenciales, que la oposición clama haber ganado
Por primera vez en los 28 años que lleva en el poder, el partido del presidente de Zimbabue, Robert Mugabe, ha perdido el control del Parlamento, según datos oficiales de la Comisión Electoral, que sigue sin anunciar el ansiadísimo resultado de las elecciones presidenciales.
La gubernamental Unión Nacional Africana de Zimbabue (ZANU) ha obtenido 94 escaños, mientras que las distintas fuerzas de la oposición unidas lograron 105.
El secretario general del partido opositor Movimiento por el Cambio Democrático (MDC), Tendai Biti, afirmó que, según su propio recuento, su candidato, Morgan Tsvangirai, ha ganado también las presidenciales con un 50,3% de los votos frente al 43,8% logrado por Mugabe.
Otra estimación realizada por la coalición de la sociedad civil Red de Apoyo a las Elecciones de Zimbabue apunta también a una victoria del MDC, pero por distinto margen: da a Tsvangirai un 49% y a Mugabe un 42%.
Hasta el diario gubernamental The Herald, habitual escaparate de la propaganda del Gobierno, admitía ayer que "de acuerdo con el patrón de los resultados", es probable que sea necesaria una segunda vuelta presidencial.
Biti señaló que hay "ansiedad y decepción" ante el silencio que continúa rodeando los datos de la presidencial cinco días después de que la población acudiera a votar. "Pedimos que simplemente reconozcan su derrota y se eviten la vergüenza", concluyó.
El Gobierno no se dio por aludido. "No van a lograr presionarnos para hacer nada. El presidente Mugabe no se va a ir a ningún sitio", dijo el viceministro de Información, Bright Matonga.
Amañar es más difícil
Mugabe, antiguo héroe de la lucha contra el apartheid que con los años se ha convertido en un tirano que ha llevado al país a la ruina, ya tergiversó los resultados en los comicios presidenciales de 2002, según la oposición y los observadores internacionales. Pero en 2008 no le está resultando tan fácil amañar las cifras.
Por un lado, porque estos comicios se han celebrado aplicando una serie de reformas a la ley electoral, pactadas por Gobierno y oposición con la mediación del presidente surafricano, Thabo Mbeki. Entre ellas figura la obligación de colgar los resultados tras el recuento en la puerta de cada centro.
Esto ha hecho posible, con ayuda del acceso cada vez más universal a los teléfonos móviles, que los resultados colgados se difundieran vertiginosamente por todo el país mediante mensajes de texto y correos electrónicos. Militantes de la oposición también hicieron fotos de las actas electorales colgadas. Los cómputos paralelos no tardaron en salir.
Robo electoral en tres pasos
Según Peter Godwin, autor del libro sobre el colapso de Zimbabue When a Crocodile Eats the Sun, Mugabe ha usado normalmente tres pasos para robar las elecciones.
El primero consiste en usar a los jefes locales para controlar al electorado en las zonas rurales -donde tiene más apoyo- y dar enormes aumentos de salario a profesores, policías y funcionarios antes de los comicios.
También suele aumentar el número de centros de voto en las zonas rurales para controlar mejor a los votantes.
El segundo paso conlleva la manipulación del censo y la inclusión de miles de votantes ya muertos o con direcciones falsas.
"En las últimas elecciones estos pasos fueron suficientes para conseguir el resultado deseado, pero en estas elecciones el apoyo a la oposición ha sido tan grande que dichas tácticas, por sí solas, no han bastado", escribe Godwin en The Independent.
El tercer paso es la manipulación de los números en la sede central de la Comisión Electoral para obtener la cifra deseada. Pero tampoco esto resulta tan fácil en 2008. Porque por primera vez los electores han votado simultáneamente en comicios presidenciales, legislativos y municipales.
¿Serían creíbles a ojos del pueblo de Zimbabue y de la comunidad internacional, incluso de los más países más leales a Mugabe, unos resultados demasiado dispares entre el voto de la presidencial y el del Parlamento -que el presidente ya ha perdido?
El problema es que hace tiempo que a Mugabe dejó de importarle la credibilidad. Siempre acusará a quienes le cuestionan de ser "colonialistas occidentales". En 2002 también hubo gran disparidad entre los resultados de los centros de voto y los que salieron de la sede de la Comisión Electoral. Lo mismo podría ocurrir esta semana.
A pesar de ello, concluye Godwin, "la maquinaria Mugabe ya no es lo que era. La logística -dice- le falla".
«No se irá sin pelear» opinan los analistas
No es probable que el presidente de Zimbabue, Robert Mugabe, ceda a las presiones para hacer una salida del poder digna. Lo probable es que, de irse, lo haga peleando en una segunda vuelta electoral con su opositor Morgan Tsvangirai, según la opinión de varios analistas. “Mugabe es un jugador político de alto nivel y creo que va a ir a por todo lo que pueda conseguir. Pero no creo que pueda dar la vuelta a su suerte”, estima Brian Kagoro, abogado y comentarista político.
Un diplomático occidental que prefirió el anonimato coincide en que Mugabe “no es el típico líder que se marcha silenciosamente al caer el sol”. En su opinión, el presidente “no aceptará ninguna oferta para retirarse”.
Eldred Masunungure, profesor de Ciencias Políticas en la Universidad de Zimbabue, cree que si se produce una segunda vuelta en la elección presidencial “Mugabe acudirá a ella como un hombre muy desesperado”.
“No sé cómo se va a recuperar de esto”, dice, en referencia a la derrota en las elecciones legislativas, “porque psicológicamente es como si el golpe final estuviera cobrando impulso”, añade Masunungure.
Según Kagoro, Mugabe no podrá ganar “porque está luchando contra la economía. Y la economía está tan mal que no puedes ignorarla sin parecer ridículo”. Zimbabue tiene la inflación más alta del mundo y un 80% de desempleo.
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