Este artículo se publicó hace 14 años.
La mujer de Bush dice que fueron envenenados en una cumbre en Alemania
En sus memorias, la ex primera dama explica cómo fue el accidente de coche en el que murió un compañero de clase por su culpa
La ex primera dama de EEUU, Laura Bush, acaba de publicar un nuevo libro sobre sus memorias. En 'Contado desde el corazón', la mujer del ex presidente defiende a su marido, asegura que fueron envenenados durante una cumbre del G-8 en Alemania y habla por primera vez del accidente de coche que tuvo siendo una adolescente.
Según recoge The New York Times, Laura Bush critica a los que insultaron a su marido. En especial a Nancy Pellosi, actual portavoz demócrata en la Cámara de Representantes, que calificó a George Bush de "incompetente".
"Esos comentarios fueron innecesarias y desafortunadas [...] y demuestran la naturaleza mezquina y provinciana de muchas de las personas que hoy nos representan en el Congreso", dice.
Laura Bush también defiende a su marido por las críticas que recibió cuando decidió sobrevolar Nueva Orleans después del Katrina, en vez de supervisar las operaciones desde el suelo. "No quería entorpecer las labores de rescate ni que ninguna vida estuviera en peligro por el dispositivo que requiere la visita de u presidente", asegura.
La mujer del ex presidente llega a afirmar que la delegación estadounidense en Alemania durante una cumbre del G-8 fue envenenada. Entonces, varios miembros de la comitiva cayeron enfermos.
Los Servicios Secretos investigaron el suceso y los médicos concluyeron que era sólo un virus, sin embargo, Bush aún tiene dudas: "Nunca supimos si alguna otra delegación estuvo enferma o si, misteriosamente, sólo la nuestra lo estuvo".
"Perdí mi fe"La parte más comprometida del libro se encuentra en su versión del accidente que protagonizó con 17 años. En 1963 ella y una amiga se dirigían a un teatro cuando se saltó una señal y colisionó con otro coche. En el vehículo iba un compañero de su colegio, Mike Douglas, que murió. Bush reconoce que iba hablando con su amiga cuando ocurrió el accidente y que se despistó.
"En esos segundos horrorosos, la puerta del coche se abrio y salí disparada [...] Todo el tiempo estuve rezando para que la persona que iba en el otro coche estuviera bien. En mimente repetía, por favor Dios, por favor, Dios". Bush explica que se sintió culpable durante años, sobre todo por no haber ido al funeral o haber hablado con los padres del chico fallecido.
"Perdí mi fe durante muchos años", cuenta. "Era la primera vez que le pedía a Dios algo [...] y nadie me escuchó. La única respuesta eran los lamentos de la madre de Douglas en la otra parte de la habitación del hospital".
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