Cargando...

Las multinacionales se agarran al TTIP para seguir usando productos químicos peligrosos

Un estudio del Observatorio Corporativo Europeo al que 'Público' ha accedido en primicia alerta de cómo los lobbies y las instituciones europeas se aferran al tratado con EEUU para no regular los EDC, sustancias presentes en alimentación, cosmética o medicina causantes de obesidad, esterilidad o cáncer

Publicidad

Imagen de una fábrica química.

Actualizado:

MADRID.- Están en los cosméticos y los geles de baño, en los pesticidas que van a las plantas que después servirán de alimento a otros animales, y por último a los seres humanos. Están en los recibos del supermercado, en los envases de plástico, en las sartenes de cocina: son los llamados Disruptores Endocrinos Químicos (EDC en inglés), sustancias capaces de alterar el equilibrio hormonal en humanos y animales, y que pueden causar problemas reproductivos, obesidad o algunos tipos de cáncer, entre otras muchas enfermedades.

Publicidad

Hoy, mientras Bruselas y Washington negocian con sigilo el polémico tratado de libre comercio (TTIP) que tanto interesa a las empresas, los fabricantes de plásticos, pesticidas o cosméticos que trabajan con los también llamados interruptores endocrinos contemplan con interés el acuerdo transatlántico, que permitirá igualar normativas entre la UE y EEUU, y que esperan les sirva para ganar tiempo e imponer una regulación que les favorezca, aunque millones de europeos no puedan decir lo mismo.

Click to enlarge
A fallback.

Olea:"Cuando a las ratas no las puedes tener metidas en cajas hechas con Bisfenol porque se estrogenizan, no puedes meter dentro a recién nacidos"

A lo largo de sus 20 páginas, el documento que firma la periodista francesa Stephane Horel denuncia cómo la industria química ha intentado "retrasar a toda costa las regulaciones", tras el desembarco del TTIP, "otro proyecto amigo de la industria". Para ello las empresas no han tenido reparo en ordenar a sus lobistas que presionaran, en crear supuestos paneles de expertos —muchos de ellos vinculados a la industria— que desautorizaran los estudios que exigían una regulación, en pedir un estudio de impacto que dilatara los plazos al menos durante un año, o incluso en cargar desde las instituciones contra quienes alertaban de los peligros de los EDC.

Publicidad

Sólo existe el enfoque económico

Los EDC afectan a personas, animales y al medio ambiente, pero el único estudio de impacto encargado a propósito de su regulación sólo alude a factores económicos. Son los mismos factores que la Comisión esgrime para vender un tratado cada vez más criticado por el enorme peso de las multinacionales en las negociaciones, y son los mismos elementos con los que las empresas intentan dar portazo a la regulación de estas sustancias.

Según la OMS y la ONU, los EDC suponen "una amenaza global que necesita ser respondida"

Publicidad

Son las mismas multinacionales que no facilitan datos sobre las cantidades que invierten en contratar lobistas, las mismas que no quieren que se publiquen sus agendas de reuniones. Para las corporaciones, la carga para el sistema de salud por el efecto de estas sustancias tampoco parece merecer consideración, a pesar de que según el estudio supera los 157.000 millones de euros anuales sólo en la Unión Europea.

Un estudio alerta de que cada persona entra en contacto con cerca de 130 disruptores hormonales sólo durante las tres comidas del día, según Olea

Publicidad

El también catedrático de Medicina en la Universidad de Granada cita un estudio francés que alerta de que cada persona entra en contacto con cerca de 130 disruptores hormonales sólo durante las tres comidas del día, y lamenta la "enorme sensación de indefensión" de los expertos que durante años han exigido el desarrollo de normativas europeas, que tampoco existen a nivel estatal.

Bisfenol A, prohibido en biberones

Olea cifra en más de 580 el número de EDC conocidos, mientras el estudio del CEO habla de 1.000 y no descarta incluso que puedan ser más del doble. Estas sustancias afectan a diferentes glándulas hormonales, tienen diferentes efectos, pero parece claro que son especialmente nocivas en los neonatos.

Publicidad