Este artículo se publicó hace 2 años.
Nicaragua retira a su embajador en España por "presiones injerencistas"
El pasado 24 de febrero, Nicaragua protestó a España por las "insolentes declaraciones" del canciller español sobre el país centroamericano, aunque no especificó cuáles.
Madrid-
El Gobierno de Nicaragua ordenó este jueves el retiro de su embajador en España, Carlos Midence, debido "a las continuas presiones y amenazas injerencistas" en su contra, "que hacen imposible el ejercicio de la labor diplomática".
"El Gobierno de Reconciliación y Unidad Nacional de la República de Nicaragua, a través de su Ministerio de Relaciones Exteriores, comunica a esa Cancillería del Reino de España, su decisión de retirar de funciones al embajador Carlos Midence", detalló el Ministerio de Relaciones Exteriores en un comunicado.
"Esta decisión responde a las continuas presiones y amenazas injerencistas sobre nuestro embajador, que hacen imposible el ejercicio de la labor diplomática", sostuvo el Gobierno nicaragüense, sin más.
Exteriores manifestó a Midence la asimetría en las relaciones diplomáticas de ambos países
En Madrid, sin embargo, el Gobierno español aclaró que fue su Ministerio de Asuntos Exteriores el que citó este jueves al embajador de Nicaragua en Madrid para pedirle explicaciones por la negativa de Managua a la vuelta de la embajadora española a aquel país, reclamación que fue respondida con la retirada del embajador por parte del Gobierno nicaragüense.
Fuentes diplomáticas españolas explicaron que el secretario de Estado para Iberoamérica y el Caribe y el Español en el Mundo, Juan Fernández Trigo, citó hoy a Midence para expresarle su malestar por la situación de la embajadora española en Managua.
Según las fuentes, Exteriores manifestó a Midence que la falta de embajadora en Managua suponía una asimetría en las relaciones diplomáticas entre ambos países. A las pocas horas, el Gobierno de Nicaragua ordenó la retirada de sus funciones de su embajador en España debido, según Managua, "a las continuas presiones y amenazas injerencistas" en su contra, "que hacen imposible el ejercicio de la labor diplomática".
"Insolentes declaraciones"
Nicaragua atraviesa una crisis política y social desde abril de 2018, que se ha acentuado tras las controvertidas elecciones generales del pasado 7 de noviembre, en las que el presidente Daniel Ortega fue reelegido para un quinto mandato, que España y la gran mayoría de la comunidad internacional no reconocieron al considerar que los comicios habían sido "una burla".
Un día después de esos comicios, el ministro español de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, dijo que en Nicaragua "no ha habido elecciones justas, libres ni competidas", y exigió la liberación de los opositores y periodistas detenidos, incluido siete que aspiraron a ser candidatos presidenciales en esos comicios.
"Nicaragua no es colonia de nadie", indicó el Ministerio nicaragüense de Exteriores
"Los opositores que deseaban competir (en esas elecciones) están en la cárcel en estos momentos y exigimos su liberación como venimos haciendo desde agosto", cuando España retiró a su embajadora en Managua en señal de protesta, puntualizó Albares.
El pasado 24 de febrero, Nicaragua protestó a España por las "insolentes declaraciones" del canciller español sobre el país centroamericano, aunque no especificó cuáles.
"Ante las insolentes, anacrónicas, desfasadas declaraciones del canciller de España, José Manuel Albares, sobre Nicaragua y las funciones diplomáticas en este país libre y soberano, reiteramos: Nicaragua no es colonia de nadie", indicó el Ministerio nicaragüense de Relaciones Exteriores, en una declaración entonces.
"No somos súbditos de la Corona española. No aceptamos, por lo tanto, injerencia alguna de ese o de ningún país, en nuestros asuntos internos", continuó.
Tensión entre ambos ejecutivos
En la nota, Nicaragua recomendó al canciller español "centrarse en los temas de su competencia, y cesar ya en su intento de interferir en las decisiones y acciones de un Estado soberano como el nuestro, porque desde ningún punto de vista tiene autoridad alguna sobre nuestra patria bendita y siempre libre".
El secretario de Estado para Iberoamérica y el Caribe de España, Juan Fernández Trigo, dijo el mes pasado en Buenos Aires que "probablemente en los próximos días" haya "alguna novedad" respecto a la relación con Nicaragua, luego de que en agosto pasado el Gobierno español llamara a consultas a su embajadora en Managua como respuesta a las "graves e infundadas acusaciones" del país centroamericano contra España.
El 11 de agosto del año pasado, el Gobierno de Pedro Sánchez llamó a consultas a la embajadora María del Mar Fernández-Palacios en respuesta a un comunicado publicado el día anterior por la Cancillería nicaragüense que contenía, según el Ministerio de Asuntos Exteriores español, "gruesas falsedades sobre procesos judiciales y electorales" españoles.
La tensión entre ambos Ejecutivos y el cruce de acusaciones comenzó meses antes, con motivo de las detenciones y encarcelamiento de líderes opositores y aspirantes a candidatos de los comicios nicaragüenses del 7 de noviembre de 2021, contra lo que España reaccionó varias veces con protestas enérgicas.
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