Un niño dirigió el tráfico aéreo del JFK de Nueva York

El problema de las vacaciones escolares es que los padres no saben qué hacer con sus hijos y muchas veces tienen que llevárselos al trabajo. Es lo que le pasó el pasado 17 de febrero a uno de los controladores del aeropuerto JFK en Nueva York. La única diferencia es que este padre decidió usar a su hijo para que le suplantara en su trabajo. 

Al menos eso es lo que están investigando las autoridades de la Administración Federal de Aviación civil de Estados Unidos (FAA) después de que el canal 26 de la cadena Fox de Boston obtuviera una grabación en la que se puede escuchar a un niño dando instrucciones hasta en cinco ocasiones a los aviones que circulaban por el aeropuerto neoyorquino. 

"JetBlue 171, contacto para despegue", dice una voz infantil, a lo que un piloto responde: "Preparado para despegue, JetBlue 171, buen trabajo". Al parecer, el crío estaba siendo supervisado por uno de los controladores, que agrega en ese momento: "Esto es lo que pasa cuando los niños no van al cole". Poco después se puede volver a oir al niño diciendo "adiós" en español, a lo que otra voz le responde también con un "adiós". 

Pese a que los protagonistas se lo tomaron con humor, a los responsables de la FAA no les ha hecho tanta gracia y ya han anunciado una investigación para saber quién fue el responsable de que un niño dirigiera por momentos el tráfico aéreo del sexto aeropuerto con más movimientos de Estados Unidos. "Ese comportamiento no es aceptable y no demuestra el profesionalismo que la FAA espera de sus trabajadores", indica el comunicado de la Administración aérea. 

Una investigación que comenzará por saber quién dejó pasar al joven a la torre de control del JFK, que cuenta con fuertes medidas de seguridad y a la que sólo tienen acceso los controladores autorizados. Por ello, el sindicato de controladores ha emitido otro escrito en el que se condena el comportamiento de quienes permitieron esta situación y en el que se explica que éste "no es un indicativo de los altos estándares profesionales que los controladores se exigen a sí mismos".