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Nisman, el fiscal argentino que temió por su vida

Natalio Alberto Nisman, de 51 años, que investigaba la llamada 'Causa AMIA', vivía en uno de las mejores zonas de Buenos Aires con su familia, tenía diez guardaespaldas y sufría fuertes presiones por acusar al Gobierno de Cristina Fernández de encubrir el atentado contra la sede de la Asociación Mutual Israelita Argentina que dejó 85 muertos en 1994.

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Agentes de policía trasladan el cuerpo sin vida del fiscal argentino Alberto Nisman. EFE/David Fernández

BUENOS AIRES.- Argentina ha despertado conmocionada con el inesperado fallecimiento de quien venía ocupando las portadas de los diarios en estos últimos días: Natalio Alberto Nisman, de 51 años, conocido por ser el fiscal en la investigación del atentado a la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA) que hace 21 años causó la muerte a 85 personas, sin que todavía hoy se sepa a ciencia cierta quién estuvo detrás de aquella masacre.

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Era 2004 cuando el ex presidente Néstor Kirchner creaba una Unidad Especial de Investigación de la Causa AMIA y elegía a Nisman para ponerlo al frente, quien era hasta entonces fiscal de Morón, una localidad de Buenos Aires, y estaba casado con la jueza federal Sandra Arroyo Salgado, con quien tenía dos hijas.

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De acuerdo a las propias palabras del fiscal y reconocido además por el Gobierno, Nisman colaboraba de cerca con la Secretaria de Inteligencia (SI) para tratar de esclarecer el atentado. Era cercano al agente Jaime Stiusso, un histórico dirigente que llevaba 42 años trabajando para la Inteligencia, y que llegó a ser director general de Operaciones. Con él, Nisman trabajó durante una década, hasta que hace menos de un mes, Stiusso fue desplazado oficialmente y se retiró de los servicios de inteligencia para jubilarse.

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