Este artículo se publicó hace 14 años.
"No hay fuerza capaz de poner fin a la búsqueda de la libertad"
No tengo enemigos ni odio por nadie. Ninguno de los policías que me siguieron, arrestaron e interrogaron, ninguno de los fiscales que me acusaron y ninguno de los jueces que me condenaron son mis enemigos. Aunque de ninguna manera puedo aceptar vuestros seguimientos, arrestos, acusaciones y veredictos, respeto vuestras profesiones y vuestra integridad, incluida la de los dos fiscales que ahora están planteando los cargos contra mí en nombre de la acusación. Durante mi interrogatorio del 3 de diciembre, pude sentir vuestro respeto y vuestra buena fe.
El odio puede pudrir la inteligencia y la conciencia de una persona. Una mentalidad de enemigos envenena el espíritu de una nación, incita luchas crueles y mortales, destroza la humanidad y tolerancia de una sociedad y entorpece el progreso de una nación hacia la libertad y la democracia. Por ello espero ser capaz de trascender mis experiencias personales cuando considero el desarrollo y el cambio social de nuestra nación; capaz de contrarrestar la hostilidad del régimen con absoluta buena voluntad y de hacer desvanecerse el odio con amor.
Espero que este tipo de progreso pueda reflejarse en este juicioEs precisamente por estas convicciones y experiencia personal que creo firmemente que el progreso en China no cesará y, lleno de optimismo, aguardo el advenimiento de la futura China libre. Pues no hay fuerza capaz de poner fin a la búsqueda humana de la libertad y China se convertirá finalmente en una nación regida por el imperio de la ley, donde los derechos humanos reinarán de modo supremo.
Y también espero que este tipo de progreso pueda reflejarse en este juicio, mientras espero el fallo imparcial del tribunal colegiado, un fallo que resistirá el test de la Historia.
Si se me permite decirlo, la experiencia más afortunada de los últimos veinte años ha sido el amor desinteresado que he recibido de mi esposa, Liu Xia. Ella no ha podido estar presente en este tribunal, pero aun así quiero decirte, querida mía, que creo firmemente que tu amor por mí continuará siendo el mismo que siempre ha sido.
A lo largo de todos estos años que he vivido sin libertad, nuestro amor estuvo lleno de la amargura impuesta por las circunstancias externas, pero cuando siento el sabor que deja, ese amor es infinito.
Tu amor es la luz que asciende por encima de los altos muros y penetra por los barrotesCumplo mi sentencia en una prisión tangible, mientras tu esperas en la intangible prisión del corazón. Tu amor es la luz que asciende por encima de los altos muros y penetra por los barrotes de hierro de la ventana de mi celda, acariciando cada centímetro de mi piel, dando calidez a cada célula de mi cuerpo, permitiéndome siempre mantener la paz, la apertura y la alegría en mi corazón, y llenando de significado cada minuto de mi tiempo en prisión.
No hay nada criminal en nada de lo que he hecho. Pero si se plantean cargos contra mí por ello, no tengo queja.
[Este ya famoso texto de Liu Xiabo fue leído ayer durante la ceremonia de entrega de los Premios Nobel por la actriz Liv Ullman. Corresponde a las palabras pronunciadas por el disidente chino, al ser autorizado a hablar en su defensa, cuando fue juzgado por subversión en diciembre de 2009. Después se le impuso una condena de 11 años de encarcelamiento que hoy cumple en prisión].
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