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"No vimos a nadie con cara de pánico en Tokio"

En la ciudad el transporte funciona, hay alimentos en los comercios y la gente hace vida normal, a pesar de la imagen de colapso que se tiene desde fuera

Ana Sangüesa Nasser

Esta mañana quedé con una amiga española para ir a comer tsukemen, un plato que ambas teníamos ganas de probar. Consiste en un caldo en el cual mojas los fideos y le añades la guarnición, que se sirve aparte (huevo, carne, verduras...) Es parecido a los famosos fideos Ramen, pero más sabroso. ¡Estaba riquísimo!

En el bar en el que comimos, la gente seguía las noticias por el canal NHK, la televisión pública japonesa. Explicaban lo que sucedía con los reactores de la central de Fukishima e informaban de las labores de rescate que continúan en las zonas damnificadas por el tsunami. Era evidente el interés por lo que contaban de todos los que estábamos allí. No vimos a nadie con cara de pánico, como el pasado viernes, cuando nos sorprendió el gran terremoto en la plaza en la que se levanta la estatua de Hachiko y la gente tenía el miedo dibujado en sus caras.

Después de comer paseamos un poco. Hacía  fresquito y muchísimo viento, pero seguía habiendo ambientillo en la calle. Pecando de aburrido el día, nos pareció buena idea ver una película y, tras a hacernos el carné del videoclub, nos fuimos a comprar provisiones para pasar una tarde de pelis de miedo. En el videoclub los clientes se llevaban todo tipo de pasatiempos: juegos, música, y sobre todo, películas. En las tiendas,  al menos las de mi zona, en shinjuku-ku, que está en en centro de Tokyo, ya no había problemas para encontrar bollería ni platos preparados. He utilizado la línea de tren Yamanote de la JR (Japan Rail) para moverme por Tokio. No tuve problemas en los desplazamientos.

Por la tarde recibí un email de una cadena de televisión española cuyo nombre prefiero omitir. Me dicen que están preparando un reportaje sobre lo que está sucediendo en Japón y que quieren hacerlo desde la mirada de algún español que viva aquí: 'los transportes abarrotados, las colas en las gasolineras, los supermercados vacíos, los cortes de electricidad, la gente que va con mascarillas...' Me proponían colaborar, con una cámara, 24 horas. Pues va a ser que no, porque los transportes en Tokio no están más abarrotados que en los días previos al terremoto, ni he visto colas en las gasolineras por las que he pasado, no me han cortado la electricidad en ningún momento, hasta ahora, no hay más gente con mascarillas que en la primavera pasada y en los súper que están cerca de mi casa no faltan productos... No entiendo que se quiera trasladar una visión de Tokio que ahora mismo yo no veo.

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