Este artículo se publicó hace 14 años.
Noriega llega a Francia extraditado por EEUU
La fiscalía francesa lo acusa de lavado de dinero del narcotráfico
Cara de Piña volvió a París ayer. Pero esposado. El ex narcodictador panameño no volvió para sus tradicionales viajes de los años ochenta a la capital francesa, consistentes en comprar apartamentos de lujo, abrir sucursales de empresas fantasma o alimentar oscuras cuentas bancarias. Regresó escoltado, extraditado por EEUU y rumbo a una celda de la sección especial de la parisina prisión de La Santé.
Hillary Clinton, la secretaria de Estado de EEUU, firmó el lunes por la noche el tan esperado mandato de entrega internacional, que permitía la extradición del ex dictador panameño reclamado por la Justicia francesa por lavado de narcodólares en suelo francés.
Con la tinta de la firma aún fresca, Cara de Piña fue extraído de su celda de una cárcel de Miami, donde seguía pese a haber cumplido en septiembre de 2007 la totalidad de su condena. El prisionero de guerra, estatuto que le fue reconocido por la Justicia norteamericana, fue introducido en el vuelo Air France AF 695 Miami-París y, nada más llegar a la capital francesa minutos antes de las ocho de la mañana de ayer, pasó a disposición judicial.
El procedimiento en contra de Noriega en Francia se abrió en noviembre de 1989
Lo que espera a Noriega en Francia es la prisión preventiva, decidida ayer por el juez de libertades. Y un auténtico viacrucis judicial que empezará dentro de dos semanas, después de más de veinte años de cárcel en EEUU. Tras su captura por el ejército norteamericano durante la invasión de Panamá, a finales de 1989 y principios de 1990, el ex agente de la CIA fue encarcelado en Florida, cosa que no le impidió recibir, en 1995, una visita. La de un juez francés que le notificó su procesamiento por violación del Código de Aduanas. Léase, lavado de narcodólares en suelo francés.
Tras la condena en ausencia impuesta por la Justicia francesa en 1999, sus abogados apelaron la sentencia. Según la fiscalía, debe ser juzgado de nuevo en Francia y corre el riesgo de ser condenado a hasta diez años más.
Son simples y tajantes los reproches de Francia al ex niño pobre de Ciudad de Panamá, ex agente doble norteamericano-cubano, ex jefe del ejército panameño, ex colaborador del cártel de Medellín y ex jefe de Estado autoproclamado. Tienen mucho que ver con la obstinación de un juez de instrucción, el parisino Patrick Fiévet, que entre 1990 y 1998 se dedicó a desmenuzar la red de relaciones, empresas, pisos y cuentas bancarias de Noriega, su esposa Felicidad, sus hijas y amigos de la familia en Francia.
Los bonitos apartamentos de Noriega en París, en el selecto Quai de Grenelle y en la aún más selecta Rue de l'Université, fueron comprados con dinero más que sospechoso. Igual que la Villa Noriega de Marsella, que probaría los vínculos del ex dictador con lo que quedaba de la French Connection de la cocaína en los años ochenta. Según un agente de policía judicial que trabajó en el dossier, "Francia era algo así como la estación de distribución del dinero negro de Noriega para el cártel de Medellín, que llegaba y luego salía hacia otros países en función del grado de lavado".
La extradición de Noriega de EEUU a Francia "se dio al margen de la política"F
Francia se ha incautado de 12 millones de euros de Noriega. Si se le suman las 12 cuentas bancarias del ex dictador y sus allegados en Francia, la conclusión es lógica: nadie va a llorar ahora por los años de cárcel que le queden a Noriega en suelo francés.
Extraña defensa
No obstante, un punto resulta extraño. Noriega cuenta con dos abogados franceses, el desconocido Yves Leberquier y el ultracélebre Olivier Metzner, que defiende al ex primer ministro Dominique de Villepin. Ambos letrados subrayaron ayer ante el juez que en virtud de los hechos que se le imputan, cometidos cuando era jefe de Estado, Noriega no puede ser procesado en Francia gracias a las leyes sobre inmunidad. Por otra parte, ya están prescritos. Y luego añadieron que, además, el estatuto de prisionero de guerra impide su ingreso en prisión preventiva.
Más extraño aún: reclamaron el envío inmediato de Noriega a Panamá, algo que él mismo exige. Y ello pese a que en su país le espera una condena a 54 años de cárcel por violaciones de los derechos humanos.
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