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Nuevo brote de violencia en las montañas libanesas

Con Beirut y Trípoli en calma, los enfrentamientos entre partidarios de la mayoría gobernante y de Hizbolá se trasladan a la región de Monte Líbano 

AGENCIAS

El Ejército libanés ha penetrado esta tarde en las zonas del Monte Líbano donde durante varias horas se han producido intensos combates entre milicianos drusos y del grupo chií Hizbolá, sin que se sepa si ha habido víctimas.

El Consejo de Ministros se ha reunido de urgencia para estudiar este nuevo rebrote de violencia, que sucede cuando la situación ya se ha calmado tanto en Beirut como en la ciudad septentrional de Trípoli. La televisión mostró a los camiones del Ejército penetrando en la ciudad de Aley, sin que cesara el fuego cruzado.

En Hasbaya (sur) los drusos del Partido Socialista Progresista (PSP), seguidores de Walid Yumblat y aliados del gobierno, que son mayoritarios en esta zona, han entregado sus sedes al ejército, mientras que Yumblat -uno de los más furibundos enemigos de Hizbolá- multiplica los llamamientos a la calma.

En una declaración a la televisión LBC, Yumblat instó a sus partidarios y a los de la oposición que contribuyan con el ejército para que pueda desplegarse en el sur. Pidió a Hizbulá y a su jefe, jeque Hasán Nasralá, que no haya agresión contra los civiles en la montaña. 'La venganza no tiene sentido porque puede dejar consecuencias'.

Dijo que no acusaba a Hizbolá, pero estimó que todos deben ceder para que el Estado se haga cargo de la situación. Pidió a Nasralá que 'separe los sentimientos personales hacia mi persona de la población que debe ser tratada con dignidad'.

Yumblat está estrechamente aliado al primer ministro libanés, Fuad Siniora, y al jefe de la mayoría parlamentaria, Saad Hariri, y tanto él como Hariri han sacado estos pasados días a sus milicias a las calles para contrarrestar la presencia de las milicias de Hizbulá, pero estas últimas se han impuesto con claridad.

Así, el gobierno se ha visto obligado a revocar las dos decisiones que más habían enfurecido a Hasan Nasralá: la prohibición de la red propia de comunicaciones de Hizbulá y el cese del responsable de seguridad del Aeropuerto de Beirut, cercano al movimiento chií.

Este actitud del gobierno ha sido interpretada como una nueva victoria de Hizbulá en un momento de grave crisis en el país, aunque aún no han logrado su objetivo último: replantear el reparto de poder en el gobierno y en las instituciones del país, pues el actual reparto es claramente desfavorable para los chiíes.

Los enfrentamientos entre partidarios de la mayoría parlamentaria y de la oposición, liderada por Hizbolá, han causado al menos 42 muertos y 164 heridos desde que estalló la actual crisis hace cinco días, según informaron fuentes policiales.

Sin embargo, las fuentes no concretaron el número de fallecidos por cada uno de los bandos, ni el lugar en que se han producido. De esta forma, se desconoce si hay víctimas en los combates que han librado en la tarde de hoy milicianos drusos y miembros de Hizbulá en Monte Líbano, donde ya ha penetrado el Ejército.

 

 

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