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Obama exige a los regímenes árabes que paren la represión

El Ejército de Bahrein abre fuego con munición real contra los manifestantes en el funeral de las víctimas del día anterior. Los chiíes reclaman ahora el fin de la monarquía suní que los oprime

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EUGENIO GARCÍA GASCÓN

La Casa Blanca ya no podía seguir asistiendo impávida a la represión desencadenada contra manifestantes desarmados por los regímenes árabes, muchos de ellos aliados de Washington, que tratan de aplastar la revolución de los jóvenes. Barack Obama emitió ayer noche un contundente comunicado oficial en el que exige a los gobiernos de Bahrein, Libia y Yemen que detengan las masacres.

'Estados Unidos condena el empleo de la violencia por gobiernos contra manifestantes pacíficos en esos países y en cualesquiera otros donde se produzca', proclama la declaración presidencial, difundida mientras las televisiones emitían las imágenes de los militares de Bahrein disparando fuego real contra los que participaban en los funerales de los muertos en el ataque militar al campamento de la plaza de la Perla, en Manama.

'Dondequiera que esté, la gente tiene ciertos derechos universales, que incluyen el de reunión pacífica. Estados Unidos insta a los gobiernos de Bahrein, Libia y Yemen a mostrar contención al responder a las protestas pacíficas y a respetar los derechos de sus pueblos', concluye el severo mensaje a uno de los más importantes aliados estratégicos del Pentágono: el reino del golfo Pérsico donde radica la V Flota de EEUU encargada de proteger el vital estrecho de Ormuz.

Las Fuerzas de Seguridad de esa pequeña isla se emplearon a fondo ayer en Manama para reprimir a tiros a los grupos de manifestantes chiíes que querían concentrarse en la céntrica plaza de la Perla e hicieron uso de fuego real para disolverlos, causando al menos la muerte de una persona. Desde que comenzaron los disturbios han muerto al menos seis manifestantes de la mayoría chií. Unos 60 han resultado heridos de bala y han sido ingresados en los hospitales de la capital, donde han tenido lugar escenas de gran tensión entre la Policía y los opositores.

El Ejército ha desplegado tanques en el centro de Manama y se ha usado todo tipo de medios antidisturbios. Algunos testigos señalaron que los militares y la Policía dispararon sobre la multitud desde helicópteros y que también había francotiradores que abrían fuego desde todas partes.Si en un principio el objetivo de las protestas era pedir mayor justicia social y reducir la discriminación de la mayoría chií, ahora ya se exigen profundas reformas constitucionales e incluso la abdicación del monarca. Durante las protestas se han escuchado gritos pidiendo la muerte del rey Al Jalifa, y las Fuerzas de Seguridad llegaron a disparar munición antiaérea por encima de los lugares donde se concentraban los manifestantes para conminarlos a dispersarse.'¡La banda de criminales, al banquillo!', gritaba la multitud. '¡Justicia, libertad y monarquía constitucional!'.

'Antes pedíamos la dimisión del primer ministro, pero ahora exigimos que la familia real se vaya', declaró a Reuters Ahmed Makki Abu Taki, hermano de una de las víctimas de la represión. El príncipe heredero de Bahrein ha prometido que las autoridades iniciarán un diálogo político con la oposición para emprender reformas tan pronto como concluyan las protestas.

El 70% de la población del país es de religión chíí, mientras que la minoría suní, que representa el 30% restante, forma una élite que gobierna y disfruta de mayores beneficios económicos y sociales. El rey Hamad bin Isa al Jalifa pertenece a una dinastía suní, la rama mayoritaria del islam, que siente una fuerte aversión hacia los chiíes.

Yalal Firuz, un líder opositor del bloque Wefaq, que el jueves renunció a sus escaños en el Parlamento, afirmó que la acción policial y militar había causado 'muchas bajas'. Por la mañana, durante la plegaria del viernes, la máxima autoridad religiosa chií, el jeque Isa Qasem, calificó de 'masacre' la intervención de las Fuerzas de Seguridad y acusó al Gobierno de cerrar las puertas al diálogo.

Los feligreses enardecidos respondieron con gritos de: '¡Victoria para el islam!', '¡Muerte a Jalifa!' y '¡Nosotros somos vuestros soldados!'.En la localidad de Sitra, al sur de Manama, una multitud se congregó en la mezquita local para asistir a la oración del mediodía y al funeral de tres de los cinco fallecidos el jueves gritando exactamente la misma consigna que se ha gritado en Túnez y El Cairo y que se ha hecho célebre en todo el mundo árabe: 'Al-shaab yurid isqat al-nidam', o 'El pueblo quiere la caída del régimen'. El Ejército ha ordenado a la población que no se concentre en el centro de Manama, pero no ha conseguido que la orden se respete. Bahrein tiene 1,3 millones de habitantes, de los que más de la mitad son inmigrantes.

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