Este artículo se publicó hace 14 años.
Obama limita el uso de armas nucleares a "casos extremos"
El presidente promete no atacar a países que acaten el Tratado de No Proliferación. EEUU sólo hará una excepción con los gobiernos que «no respeten las reglas», como Irán y Corea del Norte
Isabel Piquer
Un año después de que Barack Obama prometiera librar al mundo de la amenaza nuclear, Washington anunció hoy que no ampliará su arsenal y no lo usará contra países que no tienen armas atómicas, excepto en "circunstancias extremas" que conciernen esencialmente a Irán y Corea del Norte.
La nueva estrategia, dijo Obama, reconoce que las mayores amenazas globales "ya no se reducen a un enfrentamiento entre naciones, sino al terrorismo nuclear por parte de extremistas violentos y la proliferación nuclear a un mayor número de estados". Y afirmó: "Nuestra seguridad nacional y la de nuestros aliados puede protegerse cada vez mejor con el arsenal convencional de Estados Unidos y sus misiles de defensa".
Obama: "EEUU no hará más ensayos atómicos ni fabricará nuevas cabezas"
El anuncio ha marcado el inicio de una semana de intensas gestiones diplomáticas.
Llega dos días antes de la firma en Praga con el presidente ruso, Dmitri Medvédev, de un nuevo tratado de reducción de armamento atómico que sustituirá al START de 1991, y poco antes de acoger, la semana que viene en Washington, una cumbre nuclear a la que está previsto que asistan 47 países, incluida España.
El secretario de Defensa, Robert Gates, quiso dejar bien claro que algunas cosas no han cambiado: "Todas las opciones están sobre la mesa si algunos países y organizaciones deciden no respetar las reglas e intentan adquirir armas nucleares". Gates también anunció una "modernización" de las instalaciones nucleares a las que se destinará 5.000 millones de dólares.
Fin de la ambigüedadLas instalaciones nucleares reciben 5.000 millones para su modernización
La nueva política elimina ambigüedades del pasado. Por primera vez, Washington se compromete a no usar armas nucleares contra estados que no poseen arsenales y que cumplen el Tratado de No Proliferación. La estrategia se recoge en el informe conocido como Revisión de la Postura Nuclear (Nuclear Posture Review NPR en inglés), que se emite por mandato del Congreso a la llegada al poder de cada nuevo presidente.
Como especificó Obama, EEUU "no llevará a cabo ensayos nucleares, no desarrollará nuevas cabezas nucleares ni buscará nuevas propuestas para su uso".
El último NPR databa de 2002, de la Administración Bush. El presidente republicano abogó en su momento por cambiar la mentalidad de la Guerra Fría, pero dejó abierta la posibilidad de responder a un ataque bacteriológico y a otro altamente catastrófico con armas nucleares. Eran unos meses después de los atentados del 11-S. La nueva postura es, como suele pasar con Obama, el resultado de un compromiso: menos de lo que esperaban los sectores más progresistas, que querían una renuncia explícita a ser los primeros en usar las armas nuclear en caso de conflicto, y más de lo que abogaban los conservadores, cuyo apoyo Obama necesita para ratificar el START.
1.550 cabezas nucleares por paísLa firma de Praga, este jueves, materializará el compromiso que Estados Unidos y Rusia alcanzaron a finales del pasado marzo para reducir el número de cabezas nucleares en un 30%, hasta 1.550 por país, y limitar a 800 el número de vectores estratégicos. Le seguirá la mayor cita diplomática celebrada en la capital estadounidense. La Casa Blanca se apuntó un tanto la semana pasada cuando el presidente chino, Hu Jintao, anunció su presencia en la cumbre.
El tema nuclear entre las dos capitales se resume a dos conceptos, Corea del Norte e Irán, donde las posturas entre los dos países son muy distintas. Aún así, parecen haber llegado a un cierto compromiso en la ONU sobre una resolución que incluya nuevas sanciones contra Teherán.
En una entrevista a The New York Times, Obama aseguró que buscará en la cumbre compromisos tangibles para evitar que materiales radiactivos puedan caer en manos de grupos terroristas. La idea "no es una declaración vaga y blanda de que no queremos ver materiales nucleares desperdigados (...) Anticipamos un comunicado que deje muy claro cómo vamos a lograr mantener bajo llave todos los materiales nucleares en los próximos cuatro años".
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