Este artículo se publicó hace 14 años.
Un obispo culpa a la revolución sexual de la pederastia en los colegios religiosos
El prelado alemán Walter Mixa asegura que está demostrado que el celibato no tiene nada que ver
El obispo de Augsburgo, Walter Mixa, cree que los casos de pederastia ocurridos en colegios religiosos alemanes son "crímenes especialmente abominables" pero, en su opinión, los abusos son en parte fruto de la revolución sexual.
"Con seguridad no es del todo inocente la denominada revolución sexual, en la que hubo críticos de la moral especialmente progresistas que preconizaban el contacto sexual entre adultos y menores", afirma Mixa en una entrevista que publica hoy el diario Augsburger Allgemeine.
100 niños sufrieron abusos en una cadena de colegios religiosos alemanes
Mixa no ve en cambio una relación entre los abusos sexuales ocurridos en colegios religiosos y el celibato. Eso es algo, subraya, que ya han dejado claro numerosos expertos independientes.
"La mayoría de los delitos sexuales los cometen hombres casados, a menudo del propio entorno familiar de las víctimas", recalca el obispo.
La orientación sexual de los curas: "normal"El prelado sostiene que la mayoría de los curas tiene una orientación sexual completamente normal, sólo que prescinden voluntariamente del matrimonio y la sexualidad.
Mixa cree, no obstante, que en el pasado los responsables de la Iglesia fueron demasiado ingenuos a la hora de valorar los abusos sexuales cometidos por religiosos.
"Probablemente, los cargos responsables en la Iglesia se adaptaron demasiado al espíritu de la época que incluso en el derecho penal propagaba la resocialización en lugar de la cárcel", añade el obispo.
A su juicio, esta política equivocada condujo a que, con la intención de proteger a las víctimas de los medios, se las acabara atormentando aún más y protegiendo a los pederastas.
Las declaraciones de Mixa se producen a raíz del escándalo de pederastia en colegios jesuitas de este país.
Según las informaciones recopiladas hasta ahora por el rector del colegio de élite berlinés Canisius, Peter Klaus Mertes, por ahora se sabe de más de centenar de alumnos que en la década de los 70 y 80 fueron víctimas de abusos en varias escuelas de la orden.
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