Este artículo se publicó hace 17 años.
La oposición de Kenia denuncia un pucherazo
Quince muertos en los disturbios posteriores a la proclamación del presidente Kibaki como ganador de los comicios
Por lo menos 15 personas murieron ayer en Kenia en la ola de violencia que siguió a la proclamación de los resultados de las elecciones presidenciales, que dieron la victoria al presidente en funciones, Mwai Kibaki, y fueron calificados de pucherazo por la oposición.
Los disturbios comenzaron poco después de que el presidente de la Comisión Electoral, Samuel Kivuitu, proclamara a Kibaki ganador, atribuyéndole 4.584.721 votos; a su antiguo aliado y líder de la opositor Movimiento Democrático Naranja (ODM), Raila Odinga, le otorgó 4.352.993 sufragios.
La Comisión tardó tres largos y sospechosos días en ofrecer el escrutinio completo. Durante éstos, Raila Odinga ha pasado de liderar con centenares de miles de votos a reducir su ventaja a 38.000 sufragios, para finalmente, ayer, perder.
Una hora después del anuncio oficial, en una ceremonia organizada a la velocidad del rayo, Kibaki ponía su mano sobre la Biblia en el jardín de su residencia y juraba el cargo. Prometía un Gobierno "libre de corrupción" -una promesa que ya han oído de su boca los ciudadanos sin grandes resultados- y pedía a los kenianos que se unan y dejen atrás "pasiones electorales".
Demasiado tarde. Al tiempo que Kibaki hablaba, los incendios, los saqueos y los enfrentamientos azotaban ya las barriadas de chabolas de Mathare y Kibera. Ésta última es la circunscripción por la cual se presentaba Odinga.
"Han robado las elecciones sin ninguna duda", dijo a Público por teléfono Salim Lone, portavoz de Odinga.
Lone dijo que los votos anunciados a favor de Kibaki en algunas circunscripciones superan el número de censados. Y en 48 localidades se ofrecieron datos sin aportar el preceptivo formulario firmado por los agentes electorales. "Calculamos que han robado unos 700.000 votos". Para el portavoz, los resultados oficiales de la presidencial contrastan con los de las elecciones al Parlamento, donde ODM ha logrado más de 100 diputados y el partido de Kibaki 35.
"El tren de la democracia en Kenia es imparable", dijo Odinga con aguilla en los ojos. Su partido llamó a los kenianos a rechazar los resultados y les convocó hoy a la inauguración del "presidente electo por el pueblo" en la capital.
Mientras Odinga hablaba, el Gobierno anunció que suspendía las retransmisiones televisivas en todo el país "por razones de seguridad". Ya no fue posible oir a Odinga ni ver las imágenes de la violencia que se extendía por el país.
La Policía abatió a tiros a dos partidarios de Odinga que protestaban en Kakamega, en la provincia occidental, según la agencia AFP. Otros tres manifestantes murieron en circunstancias similares en Migori, en la provincia bastión de Odinga, Nyanza. La televisión dijo que trece personas habían muerto en otras ciudades del oeste.
"Es el día más triste para la democracia en Kenia. No se trata de quién gana sino de la legitimidad del proceso", dijo a Reuters la directora del Instituto de Educación en Democracia, Koki Muli. "Esto es un golpe de Estado", concluyó.
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