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Ortega abraza al clero y a Chávez para ser reelegido

Los sondeos otorgan al presidente de Nicaragua el 48% de los votos

DANIEL LOZANO

Daniel Ortega acaricia su reelección. Sólo faltan seis días para que se confirmen las encuestas que le otorgan un 48% de apoyo y ni siquiera el huracán Rina, que ha dejado 150.000 damnificados a su paso por Nicaragua, ha hecho tambalear lo que parece un triunfo seguro en las elecciones presidenciales del 6-N.

Al líder sandinista 66 años, antiguo guerrillero ya no le tiembla el pulso tras casi cuatro décadas en la guerra política. La demostración de fuerza de su rival, el liberal Fabio Gadea, ni le ha inmutado. Los opositores cerraron su campaña el sábado con una gran manifestación en Managua, en la que Gadea repitió uno de sus principales lemas: 'Vamos a acabar con esta corrupción, el origen de todos los males'.

Los planes sociales gracias al dinero de Venezuela, base de su apoyo popular

Acusaciones de corrupción que han manchado la obra sandinista y que tienen su máximo exponente en las maniobras 'ilegales' para saltarse la Constitución y ser de nuevo candidato. Denunciadas por organizaciones de derechos humanos y por intelectuales, han provocado que la candidatura de Gadea y Edmundo Jarquín, yerno de Violeta Chamorro y líder del Movimiento Renovador Sandinista, concentre a los disidentes de la izquierda nica.

Desde el teólogo de la liberación Ernesto Cardenal ('es una candidatura ilegal que busca convertir a Ortega en un dictador') al escritor y exvicepresidente sandinista, Sergio Ramírez ('podemos levantar un muro contra el fraude y derrotarlo'), pasando por el exalcalde de Managua Moisés Hassan y el histórico comandante Modesto, Henry Ruiz.

Una derrota que hoy por hoy parece inverosímil. A Ortega no le preocupa haberse convertido en uno de los estadistas menos valorados de América Latina (con 4,4 puntos, sólo supera a Fidel Castro, con 4,1, según el último Latinobarómetro). Tampoco los antecedentes históricos (en 1990 cayó derrotado ante Chamorro, una descomunal sorpresa). Ni siquiera que sus maniobras 'ilegales' ante la Corte Suprema de Justicia y el Consejo Nacional Electoral vayan a ser juzgadas por la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).

Ernesto Cardenal y Sergio Ramírez cargan contra el líder sandinista

'Vamos a continuar haciendo todo lo bueno que hemos venido haciendo', apuesta Ortega. Todo vale para seguir gobernando, apoyado en su alianza con Arnoldo Alemán, expresidente liberal condenado a 20 años por robar cien millones de dólares, hoy libre. Alemán también se presenta a las elecciones, dispuesto a restar votos a Gadea.

Y no sólo dispuesto a pactar con el diablo. Ortega intimó con la jerarquía católica para ganar en 2006. En un acuerdo tácito que ponía fin a uno de los grandes avances sociales de todo el continente, el líder sandinista agasajó al cardenal Obando anulando la Ley del Aborto a cambio de su no beligerancia.

El romance ha continuado incluso configurado el perfil político de Ortega. 'Se ha declarado católico ferviente redimido y proclama en grandes rótulos que servir al pueblo es servir a Dios', protesta a Público la poetisa y exsandinista Gioconda Belli. 'Daniel Ortega ha demostrado ser un populista que combina un discurso de izquierda con un pragmatismo político oportunista. Los programas sociales que ha impulsado con el dinero de Venezuela tienen impacto porque son concebidos como un regalo del gobernante y de su partido a la población, una manera de crear una masa de votantes', sentencia.

Según analistas locales, el tercer gran apoyo de Ortega es Hugo Chávez. La cooperación con Venezuela roza los 500 millones anuales, además de la importación, a través del Alba, de todo el petróleo necesario. Los planes sociales acometidos gracias al dinero venezolano son la gran base del apoyo popular de los sandinistas. Planes que han sumado alabanzas, pero también críticas. Sobre todo por la 'compra de cinco canales de televisión y decenas de estaciones de radio, que cantan día y noche las loas al candidato oficial', desvela Ramírez.

Uno de esos canales presta especial atención a Rosario Murillo, primera dama que hace y deshace en el Gobierno como coordinadora del Consejo de Comunicación y Ciudadanía. Ella y su marido se han puesto al frente estos días de tragedia nacional, dejando de lado la campaña. 'Todavía se nos presentan condiciones críticas que debemos atender', declaró Murillo. 'No importa la hora del día ni de la noche, porque esa es la orientación expresa que tenemos de nuestro comandante Daniel'.

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