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París presume de una "coalición de voluntades"

La ambigua resolución de la ONU sobre las reglas de combate permite a Francia y sus socios apoyar al mismo tiempo a civiles y combatientes

ANDRÉS PÉREZ

Nicolas Sarkozy logró ayer en París algo que andaba buscando sin éxito desde la operación humanitaria en Chad de primeros de 2008: amplia cobertura y respaldo internacional para una acción militar que él desea. No obstante, la unidad mundial de la que hizo gala en París tiene dos talones de Aquiles: la ambigüedad de la resolución de Naciones Unidas en cuanto a reglas de combate y la inexistencia de una cadena de mando clara en la coalición. Si la operación es corta e indolora, esas incongruencias serán invisibles; si se alarga y duele, pueden estallar.

Sarkozy fue taxativo. Dijo contar con apoyo del secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, de los 'dirigentes de la Liga Arabe y de la UE, así como de los representantes de EEUU y de Canadá'. Juntos, afirmó, 'hemos lanzado al coronel Gadafi y a sus fuerzas una advertencia: en ausencia de un alto el fuego inmediato y de una retirada de fuerzas que atacaron a la población civil', la coalición 'recurrirá a medios militares'.

Clinton señala que los países árabes deben ser los protagonistas

Sarkozy aseguró que no tiene intención de 'decidir en el lugar de los libios' y afirmó que la intervención era un deber de 'conciencia universal que no puede tolerar tales crímenes'. Por ese motivo, la comunidad internacional ha decidido olvidar una de las reglas de base humanitarias separación entre combatientes y civiles y ha considerado que es justo mezclar y apoyar por igual a civiles de Bengasi y a combatientes liderados por un Consejo Nacional de Transición integrado por varios hombres fuertes.

Hillary Clinton manifestó que el rol principal debe ser el de los países árabes y no el de Occidente. Por su parte, Angela Merkel reiteró la posición de cortesía alemana, consistente en afirmar que ve con simpatía la operación pero que no participará. Berlín se dispone simplemente a poner aviones Awacs a disposición de las misiones en Afganistán, para que Washington pueda desplegar los suyos en Libia.

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La ambigüedad de la resolución 1973, que prevé el uso de todos los medios para proteger a la población libia, permite esas diferencias en el seno de los países occidentales. Francia se ampara en la resolución de la ONU para golpear a un tirano, Gadafi, y al mismo tiempo injerir en un conflicto y favorecer al Gobierno de Bengasi, que ha reconocido con estatuto diplomático. La Unión Africana se ampara en esa misma resolución para buscar una salida dialogada a la crisis libia.

La otra gran ambigüedad reside en la cadena de mando y en las reglas de entrada en combate de la operación internacional. Según una fuente del Gobierno español, citada por Efe, Madrid entiende que el comandante de la Sexta Flota de EEUU, el vicealmirante Harry Harris, será el encargado de coordinar a la coalición internacional que intervendrá en Libia, al menos en cuanto a zona de exclusión aérea. Según esa fuente, cada país conserva el mando de sus propias tropas, mientras el estadounidense coordina.

La interpretación es muy interesante, porque en París ninguna fuente gubernamental confirma que la Sexta Flota disponga de un papel de tal importancia. Para París, lo que está en marcha es una 'coalición de voluntades'.

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La superministra de Exteriores de la UE, Catherine Ashton, no fue invitada por Sarkozy al encuentro en cónclave que preparó la Cumbre, reunión sancta sanctorum entre Clinton, Sarkozy, el canciller francés Alain Juppé y David Cameron. Para el primer ministro belga, Yves Leterme, cuyo país participa en la coalición, también está todo muy claro: 'París asume el liderazgo de la intervención en Libia', ha dicho.

París esperaba una ocasión de recuperar posiciones en la zona Magreb-Sahel desde la llegada al poder de Sarkozy. Su primer intento se produjo en el Chad, en 2008, también bajo manto humanitario, pero le faltó el suficiente apoyo internacional.

Por ahora, los franceses rechazan que la OTAN vaya a tener un papel superior al de simple apoyo desde la retaguardia.

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