Este artículo se publicó hace 14 años.
Pekín exige a Obama que no reciba al Dalai
La Casa Blanca replica que el presidente se reunirá con el líder tibetano pese a las protestas chinas
Andrea Rodés
Pekín no da opción al diálogo con el Dalai Lama. Poco después de finalizar el primer encuentro en 15 meses entre el Gobierno chino y dos enviados especiales del líder tibetano en el exilio, las autoridades chinas advirtieron ayer de las consecuencias negativas de un posible encuentro entre el presidente estadounidense, Barack Obama, y el Dalai Lama. Además, recordaron que no están dispuestas a negociar ningún tipo de autonomía para Tíbet.
"Esa reunión dañaría seriamente los fundamentos de las relaciones sinoamericanas", afirmó ayer en una rueda de prensa Zhu Weiqun, subdirector del Departamento del Frente Unido del Comité Central del Partido Comunista chino (PCCh).
Pekín niega a Tíbet una autonomía especial como la de Hong Kong o Macao
Por segunda vez en menos de una semana, Washington desoyó las amenazas chinas. "El presidente [Obama] dijo a los líderes chinos durante su viaje el año pasado que se reuniría con el Dalai Lama y mantiene la intención de hacerlo", dijo ayer el portavoz de la Casa Blanca, Bill Burton.
El nuevo cruce de declaraciones aviva aún más la tensión que desató la venta de armamento militar estadounidense a Taiwán, la isla que Pekín considera parte integral del territorio chino. EEUU está obligado por ley a garantizar la autodefensa de Taiwán, que goza de una independencia de facto desde 1949, aunque no es reconocido como Estado por la ONU.
"Aliado estratégico"Desde que inauguró su mandato, Obama ha abogado por una política más ecuánime con el gigante asiático, tratándolo como un "aliado estratégico" para combatir retos globales como el cambio climático, la recuperación de la economía y la no proliferación de armas nucleares.
En octubre, poco antes de iniciar su primera visita oficial a China, el presidente estadounidense descartó encontrarse con el Dalai Lama con el fin de no irritar a las autoridades chinas. Sin embargo, las diferencias entre la primera y segunda potencia mundial son cada vez más evidentes.
Por otro lado, la reunión entre los delegados tibetanos y el Gobierno chino ha vuelto a fracasar. El Gobierno tibetano en el exilio quiere que Pekín respete el grado de autonomía acordado por el líder comunista Mao Zedong y que garantiza la Constitución china. Sin embargo, desde que empezó el diálogo, en 2002, el PCCh se ha negado a conceder a Tíbet una autonomía especial como la que gozan Hong Kong o Macao.
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