El periodista de Público Jose Carmona y dos activistas de CEAS-Sáhara han sido expulsados este domingo de los territorios ocupados del Sáhara Occidental. Los tres se encontraban en Dajla realizando una misión de observación, tras la apertura del primer vuelo directo entre Madrid y esta ciudad saharaui, ocupada por la dictadura marroquí desde los años 70. "Nada más llegar nos dimos cuenta de que estábamos totalmente vigilados por la Policía de Marruecos. Ha sido bastante incómodo, había una furgoneta persiguiéndonos a cada paso que dábamos. Nos seguían a poco más de un metro, a veces, incluso parecía que íbamos juntos. Nos querían intimidar y lo conseguían", denuncia el periodista.

"Marruecos quiere hacer de Dajla un Benidorm a lo marroquí, explotarlo turísticamente con playas vistosas, surf y viajes en camello", continúa. Los dos activistas y el compañero de Público han sido expulsados "por establecer contacto con los saharauis que todavía viven allí", sin ninguna otra explicación. CEAS-Sáhara ha calificado la puesta en marcha de estos vuelos como "un paso más" en la normalización de la ocupación que sufren los territorios saharauis.

Jose Carmona cuenta que la idea era ver "cómo funciona ese turismo masivo y, sobre todo, poder hablar con los saharauis que viven en Dajla", históricamente aislados del resto de territorios. Este vuelo les hubiera permitido, a priori, "establecer contacto" directo con España, pero el régimen marroquí parece dispuesto a impedirlo. Los dos activistas de CEAS-Sáhara y el periodista de Público han sido enviados en un vuelo comercial al aeropuerto de Agadir, donde las autoridades de Rabat se han desentendido de ellos. Este lunes y tras hacer noche en el aeropuerto, han conseguido aterrizar de nuevo en España. 

"Los saharauis son perseguidos, reciben palizas"

La comitiva aterrizó en Dajla este sábado por la tarde y, desde entonces, tuvo que soportar la persecución policial. "El segundo día [domingo] quisimos establecer contacto con los saharauis y quedamos en una mezquita del centro del casco antiguo, que además, la construyó Franco cuando el Sáhara todavía era español [una colonia]", relata Jose Carmona. El periodista cuenta que hablaron con las familias a plena luz del día, para que los agentes marroquís que los perseguían vieran que no tenían ninguna intención "peligrosa".

Las familias saharauis, tras un primer encuentro, los invitaron a "tomar el té" en casa y ellos accedieron. "Fue entonces cuando nos empezaron a contar cómo es su vida en Dajla. Son perseguidos, reciben palizas y no tienen acceso al trabajo, viven en una situación precaria y muy complicada, tienen familiares desaparecidos", advierte el compañero de Público. 

El periodista denuncia que tras "media hora de conversación", los agentes subieron a la vivienda, situada en un cuarto piso. "Nos hicieron bajar a los tres españoles, nosotros no hemos querido generar problemas y accedimos", recuerda. En la plaza, según cuenta, había 30 policías. "Nos metieron en un taxi y nos llevaron al hotel, para decirnos que estábamos oficialmente expulsados por orden de Marruecos. Ha sido todo bastante agresivo, tan sólo ha servido media hora para que nos expulsaran, simplemente por hablar con saharauis", detalla. La detención tuvo lugar a las 21.00 y tuvieron un margen de una hora para coger un vuelo hacia Agadir, fuera de la República Saharaui. "Nos hicieron entrar al avión sin saber por qué estábamos expulsados", reivindica. Este lunes han conseguido comprar un billete y regresar a España.

Abdulah Arabi, delegado del Frente Polisario en España, ha expresado su solidaridad con los tres expulsados y ha denunciado las tácticas empleadas por Marruecos. "Nos consta el nivel de intimidación ejercido por las fuerzas de ocupación marroquís a la hora de llevar a cabo las expulsiones de las personas observadoras de derechos humanos y no es una situación que debamos banalizar", ha señalado. El Frente Polisario enmarca esta actuación en la estrategia sistemática de las fuerzas de ocupación para evitar que se informe sobre el "terror" instaurado por Marruecos en las zonas ocupadas.