Periodistas y trabajadores de la televisión vasca se manifiestan para denunciar la situación de Pablo González
Decenas de empleados de EITB se han concentrado en las puertas de las sedes de Bilbao y Miramon para pedir justicia por el reportero que lleva preso 19 meses en Polonia.
Madrid-Actualizado a
El mismo día que se cumplen 19 meses desde que el periodista Pablo González fuera detenido en Polonia por los servicios secretos de ese país, compañeros del reportero de la televisión pública vasca se han concentrado frente a las puertas de las sedes de EITB en Bilbao y Miramon (Donostia-San Sebastián).
Decenas de trabajadores de la televisión autonómica se han manifestado bajo el lema "Justizia, giza eskubideak, prentsa askatasuna" ("Justicia, derechos humanos, libertad de prensa") para pedir que no se olvide el caso de Pablo González que lleva más de año y medio esperando la celebración de un juicio.
Los empleados han querido mostrar su solidaridad y apoyo a familiares y amigos del reportero a la vez que han solicitado que "se respeten sus derechos y que se ponga fin a la violación a la libertad de prensa".
Pablo González fue detenido el 28 de febrero de 2022 por la Agencia de Seguridad Interna polaca (ABW) mientras cubría el éxodo de migrantes desplazados por la invasión rusa en Ucrania.
El periodista fue encarcelado provisionalmente hasta que se decidiera su futuro o se celebrase un juicio contra él. Las autoridades polacas dijeron entonces que había sido acusado de espionaje, un delito que en Polonia se penaliza con hasta 10 años de prisión.
Según los servicios secretos de ese país, el reportero había estado realizando actividades de inteligencia para Moscú en diferentes partes del país y otros estados europeos. De hecho, Stanisław Żaryn, portavoz del Ministro Coordinador del Servicio Secreto polaco, aseguró a los pocos días de detener a Pablo González que existía una investigación que demostraba que "el sospechoso realizó actividades de espionaje en Varsovia, Przemyśl, Medyka y otras ciudades de la República de Polonia, así como en Ucrania y otros países".
Desde entonces, Polonia ha prolongado hasta en seis ocasiones la prisión provisional y no ha presentado públicamente ni una sola prueba que refrende sus acusaciones. De hecho, desde que Pablo González entrara en la cárcel no se han explicado situaciones concretas, personas o lugares a los que hubiera podido acceder para realizar esas supuestas actividades de espionaje. De la investigación que señalaba Żaryn tampoco se sabe nada.
En sus concentraciones, los trabajadores de EITB también han querido señalar que este tipo de actos se realizan para "monitorear esta injusticia y continuar denunciándola públicamente".
Esta es, precisamente, una de las principales reivindicaciones de familiares y amigos: que no se olvide el caso. A lo largo de estos 19 meses, el Ministerio de Exteriores, a cuyo frente se encuentra el actual ministro en funciones José Luis Albares, se ha limitado a trasladar que los derechos de Pablo González están siendo respetados y que recibe constante asistencia consular. Sin embargo, el propio periodista, en cartas que ha conseguido enviar desde prisión, ha denunciado las malas condiciones en las que vive en la cárcel.
En todo este tiempo, sólo han podido visitarlo sus abogados, la madre de sus hijos, su propia madre y su hijo mayor. Desde hace 19 meses, Pablo González no ha podido abrazar a sus otros dos hijos y durante meses ha estado solicitando que las autoridades polacas le permitan, al menos, realizar una videoconferencia con ellos.
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