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Un plan para retener la tierra conquistada

Washington quiere poner en práctica la nueva estrategia ideada por el general Stanley McChrystal

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Durante los últimos ocho años, las tropas estadounidenses y de la OTAN organizaron sendas ofensivas contra bastiones talibanes en Afganistán para luego abandonar las áreas reconquistadas, sin dejar atrás infraestructura suficiente, civil o militar, para garantizar que la zona no volviera a caer en manos enemigas. Los soldados rasos apodaron estas operaciones "cortar el césped y esperar a que vuelva a crecer".

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En Marjah, Washington quiere poner en práctica la nueva estrategia ideada por el general Stanley McChrystal, jefe de las fuerzas de la OTAN, responsable de la decisión tomada a principios de diciembre por el Gobierno de Barack Obama de mandar 30.000 nuevos soldados a Afganistán, ahora prioridad de los esfuerzos militares de Washington.

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Esta vez, cuando terminen los tiros, EEUU ya tiene preparados y entrenados a funcionarios afganos, respaldados por tropas estadounidenses y británicas, para ocupar el vacío de poder que dejen los talibanes y organizar la reconstrucción. "Tenemos un gobierno empaquetado, listo para ser utilizado", dijo McChrystal.

Según contó ayer The New York Times, Marjah, una zona rural donde viven unas 100.000 personas, se va a convertir en el prototipo de esta nueva estrategia, la de ir ganando terreno y conservarlo, gracias en parte a un política de acercamiento hacia las poblaciones locales que hasta ahora no se había hecho.

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Marjah también parece ser el inicio de una ofensiva sistemática contra los bastiones de los talibanes, en la provincia de Helmand.

McChrystal se ha dado un año para demostrar que su nueva estrategia, por la que pujó durante meses, funciona, y no es mucho tiempo. "Los resultados llegarán rápidamente", dijo el pasado diciembre durante una comparecencia ante el Congreso, "Y no habrá un único indicador claro. El éxito se basará en el efecto acumulado de una presión continua, sobre Al Qaeda y los talibanes", añadió el responsable, rebajando expectativas de grandes triunfos bélicos.

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La teoría es que los talibanes no son populares entre los afganos, viven del terror y "no pueden permitirse simplemente esperar" la salida de Estados Unidos. Ese "flanco débil" les hará enfrentarse a las nuevas tropas. De ahí la ofensiva de la OTAN.

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