Los 650 policías que participaron en las revueltas del pasado domingo en Sucre, con el resultado de tres muertos y 300 heridos, y que fueron confinados en la ciudad de Potosí, han vuelto hoy a la capital repartidos en catorce autobuses.

El gobierno ordenó retirar a los policías de Sucre después de tres días de enfrentamientos, y los agentes dejaron la ciudad tras denunciar 'falta de garantías'.

Los manifestantes quemaron y saquearon todas las instalaciones policiales de Sucre, incluido el comando departamental, e incendiaron además varios vehículos oficiales.

Policía bolivariana: libera a los presos y pega a los periodistas

La Policía ha sido muy cuestionada durante el conflicto. Hay numerosas imágenes de televisión y fotografías que muestran a los agentes ayudando huir a presos de la cárcel, o golpeando a periodistas a los que acusaban de mentir sobre lo que sucedía en Sucre.

Morales y el comandante nacional de la Policía, general Miguel Vásquez, negaron que los agentes usaran armas de fuego durante los disturbios, aunque los medios mostraron a supuestos uniformados con pistolas y metralletas.

Además, el martes apareció con vida un agente que el general Vásquez había dado  por linchado el domingo en Sucre. En realidad estaba escondido en la vecina Potosí. Vásquez había dicho que el agente había sido 'asesinado al estilo de los delincuentes' y que su cadáver no aparecía porque fue 'arrojado a un barranco'.

Los disturbios comenzaron cuando los constituyentes pro gubernamentales aprobaron la nueva carta magna a mano alzada, sin leerla y sin singún representante de la oposición.