Este artículo se publicó hace 12 años.
Policías de Río también se declaran en huelga
Miles de militares tratarán de garantizar la seguridad
Primero fue Bahía; después, Río de Janeiro. En vísperas del carnaval, un acontecimiento turístico y cultural de primer orden en estos dos estados brasileños, un sector de la Policía Militar (PM) de Río decidió ayer sumarse a la huelga que conmociona al estado norteño desde el pasado 31 de enero. Miles de efectivos de la Fuerza Nacional de Seguridad Pública y del Ejército se han desplazado ahora a la capital carioca. Unos 2.500 efectivos de esos cuerpos están en Bahía desde la pasada semana.
En Río, los bomberos se sumaron ayer a la huelga. Más de una veintena de agentes fueron detenidos por la Policía tras negarse a salir a las calles a patrullar o por incitar a la rebelión, según la PM. Algunas comisarías permanecieron cerradas unas horas durante la mañana. La Policía Militar aseguró que llevará al Consejo de Disciplina con la consiguiente expulsión del cuerpo a cuantos se adhieran al paro.
Los agentes apenas cobran 550 euros y exigen un aumento de sus salarios
La institución ha optado en Río por la dureza y la represión de la huelga antes de que se llegue a una situación de caos como la que vive Salvador, capital de Bahía, donde el índice de homicidios se ha más que duplicado. Sólo en la ciudad, en diez días se produjeron 155 muertes, al tiempo que también se disparaban los asaltos y saqueos, sembrando el pánico entre la población y los comerciantes.
Tal vez para evitar el contagio, la Asamblea Legislativa de Río de Janeiro (Alerj) aprobó el jueves un aumento de la base salarial para los policías militares y los bomberos de Río, desde los 1.267 reales mensuales (unos 550 euros) hasta los 1.670 reales, muy lejos de la reivindicación de los huelguistas: 3.500 reales.
La huelga vuelve a situar en la agenda política un antiguo debate: la necesidad de pagar mejor a los agentes como una de las medidas necesarias para acabar con la generalizada corrupción de las instituciones policiales. Muchos creen que la huelga está siendo orquestada a nivel nacional para forzar al Gobierno a apoyar en el Congreso de los Diputados una enmienda a la Constitución que elevaría a 3.000 reales la base salarial de los agentes, una cantidad a la que sólo se llega en el Distrito Federal de Brasilia.
Las protestas, que empezaron en Bahía, podrían extenderse a otros cinco estados
Pocos niegan que la peligrosidad inherente a la labor policial merece tal aumento, pero se opone una razón pragmática: muchos estados entrarían en quiebra si tuviesen que hacer frente al incremento.
Sectores policiales de otros cinco estados han manifestado su intención de sumarse al paro: Alagoas, Pará, Paraná, Río Grande do Sul y Espíritu Santo. En Bahía, las autoridades calculan que alrededor de 10.000 agentes, un tercio del total, se sumaron al paro. Los brasileños ya comienzan a temer que la situación se generalice y produzca el caos.
El titular de Justicia, José Eduardo Cardozo, negó ayer que vaya a producirse un "efecto dominó" y aseguró que en Río la situación "está controlada". El ministro insistió en que el carnaval "transcurrirá en absoluta normalidad", aunque sean las tropas federales las que deban garantizar la seguridad en esas fechas. "El Gobierno está listo para mandar tropas si es necesario", afirmó Cardozo.
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