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Siete republicanos que la lían cada vez que hablan

Inmigración, matrimonio homosexual, calentamiento global, guerras... Son algunos de los temas con los que los conservadores de EEUU entran a saco, especialmente cuando se acercan las elecciones

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El republicano Donald Trump, en una imagen de archivo. REUTERS

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MADRID.- Donald Trump, el republicano que encabeza todos los pronósticos para ser el candidato a la Casa Blanca, parece haber encontrado la forma de ganar popularidad con una fórmula que no es nueva entre los conservadores americanos: soltando la primera barbaridad que se le viene a la cabeza. Y, a juzgar por las encuestas, le funciona. El mismo día que anunció su candidatura calificó a los inmigrantes mexicanos de "drogadictos y violadores", y desde entonces no ha parado. 

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Pero Trump no solo ve enemigos en lejanos continentes. Sobre el también republicano John McCain, un prisionero de guerra torturado en Vietnam, declaró que "no es un héroe de guerra. Es un héroe de guerra porque le capturaron. Me gusta la gente a la que no le capturan”.

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Sarah Palin, enviando soldados en nombre de Dios

Sarah Palin

Sarah Palin, gobernadora de Alaska entre 2006 y 2009, y que llegó a presentarse al puesto de vicepresidenta en las elecciones generales, es el ejemplo perfecto de que en el partido republicano cualquiera puede llegar muy lejos si se camufla la ignorancia con una buena dosis de frases grandilocuentes que exalten el orgullo patrio americano.

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Bachmann pedía sumisión a los contribuyentes y, de paso, a las mujeres

La congresista Michelle Bachmann, que aspiró a liderar el partido en las primarias de 2012, tiene mucho en común con Palin. Y no solo porque dijese que Libia no está en África, sino sobre todo por su peculiar visión de la religión y la política.

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Michelle Bachmann

Para intentar convencer a los que la escuchaban durante un discurso de que era necesario pagar impuestos aunque no se quisiera, Palin hizo un curioso paralelismo con el modo en que las mujeres tienen que obedecer a los hombres aunque sea en contra de su voluntad: "Sed sumisas esposas, debéis ser sumisas con vuestros maridos", afirmaba que eran las palabras de Dios al respecto.

Ronald Reagan: "Los árboles contaminan más que los coches"

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Las perlas de los republicanos han llegado hasta la Casa Blanca de la mano del presidente Ronald Reagan, que ocupó el cargo desde 1981 hasta 1989. Reagan dejó para el recuerdo varias frases como muestra de las cualidades habituales de los republicanos más deslenguados. "Los árboles contaminan más que los coches", revelaba el presidente en contra de cualquier evidencia científica.

Schwarzenegger y Carson se lían hablando del matrimonio homosexual

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Arnold Schwarzenegger.

Arnold Schwarzenegger dio el salto a la política en 2003 convirtiéndose en el gobernador de California, tras una larga y exitosa carrera en Hollywood y en el culturismo. Quizás por ese aura de estrella de cine, Governator quiso distanciarse de las anticuadas posturas de su partido sobre  los homosexuales mostrando su apoyo público a las uniones gays, aunque lo hizo con una explicación algo confusa. El actor declaró que respaldaba el matrimonio homosexual, aunque creía que "debería ser entre un hombre y una mujer". Y no, no piense que hay una errata, esas fueron sus palabras textuales en 2003. Algunos todavía están intentando encontrarles sentido.

Limbaugh, obeso, culpó a los que hacen deporte de sobrecargar la sanidad

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Rush Limbaugh es un locutor de radio al que los propios republicanos otorgaron el título de "Miembro honorario del Congreso" cuando ganaron las elecciones de 1994, en reconocimiento a los méritos que había hecho para tal victoria con su descarado apoyo al partido desde su altavoz mediático.

Rush Limbaugh

Limbaugh, una de las caras más populares de los 90 en el país, tenía grandes soluciones para los problemas del país: sobre las armas nucleares, aseguraba que "la única manera de reducir su número es usarlas". También identificó con precisión los males de EEUU en materia sanitaria. ¿La exclusión de millones de personas de la atención médica? No precisamente. "Los que hacen mucho deporte son los que están sobrecargando nuestro sistema sanitario", afirmaba rotundo el showman, cuyo peso rondaba por aquel entonces los 135 kilos.

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