Este artículo se publicó hace 11 años.
Las potencias latinoamericanas también suben el tono ante Obama
La mandataria brasileña Dilma Rousseff propone adoptar un marco legal global para proteger la privacidad en internet
Brasil y México elevaron esta semana el tono de sus reclamaciones tras nuevas denuncias de espionaje de Estados Unidos a dirigentes en América Latina y otras regiones, ante lo cual el presidente Barack Obama prometió hoy revisar tales prácticas, que han desatado indignación mundial. Ante el aluvión de críticas, y las hasta el momento poco convincentes explicaciones de la Casa Blanca, la presidenta brasileña, Dilma Rousseff, reiteró su propuesta de adoptar un marco global para proteger la privacidad en internet, la cual, dijo, no debe ser vulnerada en nombre de la lucha contra el terrorismo.
Brasil y México, mayores economías regionales, se unieron esta semana a Argentina, Chile, Colombia, Bolivia, Ecuador, Perú, Uruguay, Venezuela y otros países latinoamericanos para condenar las denunciadas prácticas de la potencia del norte, que también salpican a socios europeos clave como Alemania, Francia o España, cuyo Gobierno convocó al embajador estadounidense el próximo lunes para que dé explicaciones.
Rousseff, quien denunció que ella, funcionarios del Gobierno y empresas brasileñas fueron víctimas del espionaje estadounidense, dijo este jueves que es necesario que la ONU adopte un marco civil internacional para proteger la vida privada en el ámbito de internet. "Defendemos, como ya lo hice ante la ONU, la adopción de un marco civil multilateral para reglar el uso de la internet, lo que implica en una discusión mundial sobre la protección de los datos en esa red para impedir que cualquier acción de combate al terrorismo sea usada como disculpa para una guerra cibernética", dijo la mandataria a radios brasileñas.
Roussef afirma que el espionaje es "una violación" de la soberanía de Brasil y "una afrenta"
Añadió que su propuesta puede ser reforzada por Alemania y Francia, que, según denuncias recientes, también fueron objeto del espionaje electrónico y telefónico por parte de la Agencia Nacional de Seguridad estadounidense (NSA). Tales denuncias fueron hechas por el extécnico de la NSA Edward Snowden, reclamado por Estados Unidos, precisamente por revelar los datos reservados de inteligencia y quien se halla asilado temporalmente en Rusia, aunque Bolivia, Nicaragua y Venezuela ofrecieron acogerle.
El portavoz del Gobierno estadounidense., Jay Carney, evitó el jueves responder en la rueda de prensa diaria a la pregunta de si la inteligencia estadounidense espió el teléfono móvil de Merkel, y argumentó que la Administración de Obama no va a hablar "públicamente" al respecto. Pero este viernes, la asesora de antiterrorismo y seguridad nacional de Obama, Lisa Mónaco, aseguró en un artículo de opinión que el presidente ha pedido revisar la política de espionaje y que se respete a los aliados internacionales de Estados Unidos.
En una columna en el diario USA Today, Mónaco quiso tranquilizar a los estadounidenses y sus socios tras las nuevas revelaciones sobre el espionaje de la NSA a mandatarios de todo el mundo, incluidos los latinoamericanos Rousseff, el presidente de México, Enrique Peña Nieto, y su antecesor, Felipe Calderón (2006-1012). "Hoy el mundo está altamente interconectado y el flujo de información no tiene precedentes. Es por ello que el presidente nos ha pedido revisar nuestras capacidades de vigilancia, con respeto a nuestros socios extranjeros", aseguró Mónaco.
El presidente del PRI mexicano cree que las explicaciones dadas por EEUU son "insuficientes, limitadas y hasta cínicas"
Según Rousseff, Brasil, sexta economía global, recibió la solidaridad de sus socios en el Mercosur (Argentina, Uruguay y Venezuela, mientras Paraguay gestiona su retorno) cuando protestó por haber sido víctima del espionaje de Estados Unidos y "esta semana varios líderes mundiales se manifestaron con dureza" sobre el asunto.
Rousseff, quien postergó una visita de Estado que tenía programada para este mes a Washington en protesta por el espionaje, considera que las prácticas de Estados Unidos suponen "una violación" de la soberanía de Brasil, "una afrenta" y "una falta de respeto" que no puede justificarse en nombre de la lucha contra el terrorismo. El Gobierno brasileño asegura que aún espera una explicación satisfactoria de la Administración de Barack Obama.
Esta misma semana también, México, vecino y mayor socio comercial latinoamericano de Estados Unidos, anunció una "investigación exhaustiva" y convocó al embajador estadounidense, Anthony Wayne, después de que el semanario alemán Der Spiegel revelara que la NSA espió a líderes mexicanos, incluyendo a Calderón. El canciller, José Antonio Meade, se reunió el jueves con Wayne para analizar las denuncias, aunque de inmediato no trascendieron detalles sobre lo hablado. La prensa ya había denunciado que el supuesto espionaje estadounidense afectó al presidente Peña Nieto, inclusive cuando era candidato.
En el pasado, Estados Unidos dio "explicaciones" que muchos dirigentes mexicanos consideran "insuficientes". El Gobierno de Peña Nieto, habitualmente prudente al ventilar las controversias con el poderoso vecino del norte, elevó la voz esta semana, también presionado por analistas y líderes políticos, incluso del oficialismo. Así, el presidente del gobernante Partido Revolucionario Institucional (PRI) de México, César Camacho, calificó el miércoles de "insuficientes, limitadas y hasta cínicas" las explicaciones dadas por Estados Unidos sobre las nuevas denuncias de espionaje, práctica que "condenó categóricamente".
Además de la relación comercial y de seguridad, México, segunda economía latinoamericana tras Brasil, y Estados Unidos comparten una extensa frontera, escenario de la lucha contra el narcotráfico, la trata de personas, la inmigración ilegal, el tráfico de armas y el contrabando de mercaderías, entre otros flagelos.
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