Este artículo se publicó hace 15 años.
El presidente del parlamento israelí ve en Ahmadineyad al nuevo Hitler
Dice que el dictador alemán ha regresado "con barba y habla persa" y alerta de que "corremos el peligro de ver la repetición del Holocausto"
El presidente del Parlamento israelí (Kneset), Reuven Rivlin, ha enviado hoy un mensaje a los jefes de los parlamentos en el mundo, en el que comparó al presidente iraní, Mahmud Ahmadineyad, con Adolf Hitler.
"El odio expresado por el presidente de Irán es una advertencia a toda la humanidad: corremos el peligro de ver la repetición del Holocausto y éste será causado por personas como Mahmud Ahmadineyad", comienza la misiva del presidente de la Kneset.
Destaca que hoy en Israel se ha guardado respeto y duelo a las seis millones de víctimas judías en el genocidio nazi, jornada en que las sirenas antiaéreas recordaron durante dos minutos el Holocausto (Shoá, en hebreo) y paralizaron toda actividad.
En referencia al discurso del líder iraní en la Conferencia de Revisión sobre Racismo, Xenofobia e Intolerancia, celebrada en Ginebra (Suiza), Rivlin afirma que "73 años después de los Juegos Olímpicos de Berlín, ayer el mundo fue testigo del regreso de Adolf Hitler".
Agrega que "esta vez tiene barba y habla persa... pero sus palabras son las mismas palabras y las aspiraciones son las mismas y la determinación de buscar armas para alcanzar esas aspiraciones es la misma amenazadora determinación", en alusión al programa nuclear que desarrolla la República Islámica.
Y apostilla que "desafortunadamente, así como ocurrió en el vergonzoso evento olímpico, el mundo le ha dado nuevamente una plataforma". Ahmadineyad calificó, en la conferencia celebrada en la ciudad Suiza, a Israel de régimen racista, palabras que provocaron la indignación del Estado judío y de países comunitarios.
Israel llamó ayer a consultas a su embajador en Suiza, Ilan Elgar, en protesta por el encuentro que mantuvieron el domingo el presidente suizo, Hanz Rudolf Mertz, y su homólogo iraní, Mahmud Ahmadineyad.
Nueve países boicotearon desde el principio la Conferencia sobre el Racismo y la Xenofobia, la primera de estas citas tuvo lugar hace ocho años en Sudáfrica y a ella no acudieron Estados Unidos, Israel y cuatro estados de la Unión Europea (Polonia, Alemania, Holanda e Italia), quienes alegaron que el encuentro podía convertirse en un foro antisemita.
A ellos se sumó anoche la República Checa, presidente de turno de la UE, que abandonó el proceso en protesta por el discurso de Ahmadineyad.
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