Este artículo se publicó hace 13 años.
Primer aniversario feliz para Yanira
Los cuatro niños haitianos adoptados hace un año por familias catalanas viven perfectamente integrados
Un año después de que Yanira fuese adoptada por una familia española y saliese del infierno en el que estaba inmerso esos días Puerto Príncipe (Haití), la pequeña, de cinco años, "está perfectamente integrada", como explica su padre, Aurelio Fernández.
El proceso completo de adopción está a punto de culminarse, y a sus padres sólo les queda inscribirla en el registro civil. "Y entonces ya será oficialmente nuestra hija", explica satisfecho Aurelio, que hace un año sufrió como nadie al ver que el terremoto casi echa por tierra un proceso de adopción que él y su mujer habían iniciado en marzo de 2006.
Durante el terremoto, cuatro familias catalanas se las vieron y desearon para lograr sacar de Haití a cuatro niños (Yanira, Tania, Daphkaina y Nickelson) cuyo proceso de adopción habían iniciado años antes. Tras días intensos de gestión entre el Gobierno haitiano y el español, los pequeños por fin volaron el 26 de enero a Santo Domingo (República Dominicana), donde se encontraron con sus padres. Para sacar a los niños, el Gobierno español gestionó primero con el Ejecutivo haitiano unos salvaconductos que daban el visto bueno al proceso de adopción. El siguiente paso fue conseguir los pasaportes haitianos para los pequeños.
Ahora, Yanira y sus padres viven en Sant Quirze del Valles (Barcelona). "La niña habla castellano y catalán. Y el catalán mucho mejor que yo", explica su padre. Sus tres nuevos hermanos mayores han ayudado mucho a la integración.
"La niña habla castellano y catalán. Y el catalán mucho mejor que yo" En estas fechas, coincidiendo con el primer aniversario tanto del seísmo como de la llegada de los críos a España, las familias adoptantes celebrarán entre ellas un encuentro para conmemorar la fecha. "Será como un cumpleaños", afirman los padres. Yanira habla con ellos del terremoto con naturalidad. Y lo cuenta a su manera: Que se caía el suelo, la casa, y se rompía todo. "Le sale de manera espontánea, el proceso está siendo como siempre lo habíamos soñado", apunta su padre. De las penurias que sufrió hasta ser adoptada, a la pequeña, curiosamente, se la ha quedado la costumbre de no tener caprichos. "Para reyes ha pedido material para el colegio y para comer le gustan las verduras", cuentan sus familiares.
Mientras, otros 62 niños viven en el orfanato de donde salieron estos pequeños. Se llama Maison des Anges y está en la capital haitiana. Lo regenta una mujer volcada en su trabajo, Gladys Maximiliem, que al trabajo diario ha tenido que sumar estos días el evitar que los pequeños se contagien de cólera. "Hemos tenido una empleada enferma, pero gracias a dios no ha habido contagios a los niños", señala Gladys.
En España las adopciones con Haití están paralizadas, no así en otros países como Alemania, donde en los últimos meses han salido algunos de los pequeños de Maison des Anges. Además, las familias que en su día lograron cerrar la adopción han creado una asociación, "Ansan'm pou Bati - Juntos para construir", para recaudar fondos para el orfanato.
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