El rapero Wycleff Jean se pone al frente de los manifestantes

Los principales candidatos de la oposición se rebelaron este domingo contra el "fraude electoral masivo" orquestado por el gobierno de René Preval para favorecer a su delfín y yerno, Jude Celestin. Mirlande Manigat, Michel Martelly, Charles Baker, Henry Ceant y ocho candidatos menores, de la derecha a la izquierda pasando por el cantante de kompa convertido en símbolo antisistema, no reconocen unas elecciones que se desarrollaron ayer con todo tipo de incidentes e irregularidades.

"Pedimos al pueblo que salga a la calle para que marche pacíficamente, para que las elecciones sean anuladas y para que sean organizadas de nuevo", resumió Anne Bijou, candidata portavoz de los rebeldes. "Es un fraude masivo, un complot", anadió.

La reacción fue inmediata. Miles de personas salieron a la calle, liderados por el rapero Wyclef Jean, al que se le impidió presentarse a las elecciones y que ni siquiera pudo votar ayer. "Como disparen al pueblo, les vamos a prender fuego", gritaban. Miles de personas recorrieron varias avenidas de la capital siguiendo a sus dos ídolos, Jean y Martelly, adorados por los jóvenes y por un pueblo hastiado de políticos corruptos e ineficaces. La revolución de Sweet Micky transformó Puerto Príncipe durante horas en un carnaval político, alejado de los tradicionales derramamientos de sangre.

Un nuevo grito de guerra resonó por toda la ciudad: "¡Nou bouke, nou bouke! (¡estamos cansados!)". Los seguidores de los candidatos rebeldes parecían poseídos: "¡Arresten a Preval!", se animaban incluso a exigir. La ira popular contra los abusos del gobierno y su absoluta insensibilidad social estalló por fin ayer. Las palabras rebeldes corrieron como la pólvora por toda la ciudad en pocos minutos.

La líder conservadora Manigat, que sorprendió al unirse a la protesta tras las acusaciones de su cercanía estratégica con Preval, insistió a Público que "vamos a reclamar que se repitan las elecciones, el fraude es masivo. No podemos aceptar estas elecciones. Ya verán como conseguimos que haya una nueva elección".

Celestin declaró que las irregularidades eran mínimas

¿Y el gobierno? Oídos sordos. Celestin declaró que las irregularidades eran mínimas y Preval se congratulaba por el ejercicio democrático que sólo él había visto. La operación Medvedev, orquestada por Preval para autonombrarse primer ministro tras la imposición de su delfín gracias al orquestado fraude electoral, se resquebrajaba ayer minuto a minuto.

En un intento de neutralizar la rebelión popular, el Consejo Electoral compareció con una sonrisa que sonaba a falsa. "Las elecciones han sido un éxito", aseguró impertérrito Gaillot Dorsainvil, su presidente. Los gestores electorales anunciaron que iban a anular 56 mesas electorales por irregularidades, pero que sí se iban a mantener las otras 1.500. Sin ningún sonrojo.

Denuncias, irregularidades, protestas y enfrentamientos se sucedieron por toda la capital. En el colegio electoral más populoso de Cite-Soleil, antiguo bastión de Arístide, supervisores electorales defendían con sus cuerpos las papeletas del ataque de grupos violentos que obstaculizaban el voto. "No hay ninguna seguridad, son golpeados por los violentos. Estamos viviendo el fraude", protestó a Público Henry Heones, cariacontecido delegado de la ciudad.

Los hombres de Celestin escondían armas de fuego y "están comprando votos, tienen 250 dólares para repartir", anadió Heones. Policías y cascos azules observaban desde la distancia el violento caos que reinaba en este centro electoral. Varios kilómetros más allá, en el campo de refugiados de Park Jammary Vincent, un centenar de jóvenes gritaban frente a un destacamento de la Minustah: "¡¡Martelly, Martelly!!". El popular cantante de kompa haitiana se ha convertido en pocas semanas en el ídolo de los decepcionados con la gestión de Preval. "No están permitiendo a nuestros delegados entrar al colegio electoral. Allí dentro tienen las urnas llenas con votos para Celestin", denunció a Público Jackson Petitfrere, activista de Martelly.

A última hora de la noche, la calma se había extendido por toda la ciudad. Los líderes de la oposición, más Wyclef Jean, se encontraban reunidos preparando la estrategia para este lunes. Mientras tanto, la OEA y la ONU esperaban acontecimientos. Pero fuentes diplomáticas europeas reconocieron a Público que la jornada electoral había quedado definitivamente en entredicho.