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Las razones de Abu Ghraib

Casi cuatro años después de que estallara el escándalo de las torturas en la prisión iraquí, las protagonistas condenadas insisten en que sus superiores estaban al corriente de lo que ocurría

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¿Ha sentido alguna vez arrepentimiento por posar sonriendo junto a una pila de iraquíes desnudos? "Realmente nunca lo he pensado", responde Lynndie England, una de las soldados estadounidenses condenadas por la torturas cometidas en la prisión iraquí de Abu Ghraib.

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La foto en la que England sujetaba a un preso iraquí desnudo atado con una correa como a un perro se convirtió en una de los símbolos de la infamia. "Supongo que soy un símbolo de esta guerra. Desafortunadamente", dice. Hoy, la joven reconoce que los abusos infligidos a los detenidos fueron tortura. "No sólo tortura sino una humillación".

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