Este artículo se publicó hace 13 años.
La rebelión muestra sus trofeos
La batalla de la propaganda se libra también en las filas de los insurgentes desde su bastión de Bengasi
Los rebeldes del este de Libia están aprendiendo rápido. Para contrarrestar la propaganda a la que nos tiene acostumbrados el experimentado régimen de Gadafi en materia mediática, el Consejo Nacional Libio ha lanzado su propia ofensiva periodística, imitando las tácticas del dictador.
En una excursión organizada para un grupo de informadores, los rebeldes exhibieron ante la prensa un grupo de prisioneros capturados durante la gran ofensiva del pasado sábado contra la ciudad cuna de la insurrección, Bengasi. Tras un viaje en un autobús con un conductor armado y varios guías voluntarios, mostraron a los reos como si fueran piezas de caza en un salón comedor, pidiendo que no les grabáramos "muy de cerca" al suponer una violación de la convención de Ginebra, que protege la intimidad de los prisioneros de guerra.
El Consejo Local rebelde ha hecho una lista de 8.000 agentes de Gadafi
En la antigua prisión del 7 de abril, rebautizada como 17 de febrero, la fecha del estallido de la revolución, dos miembros de la guardia personal de Gadafi y un periodista de un diario prorrégimen aguantaban con resignación la marabunta de cámaras y micrófonos que se les venía encima, todos a empujones. Ader Ibrahim, uno de los guardas, aseguró que al informador le cogieron por error porque ya se había cambiado de bando. "Le pido a todos mis compañeros que se unan a mí. Estoy colaborando con información para los rebeldes y pronto me liberarán", añadió el periodista. Todos aseguraron que les tratan bien y que ahora están de parte de los rebeldes.
En una segunda cárcel, la de la policía militar libia, el autobús de la prensa aparcó frente al edificio principal, destrozado por las llamas, después de que los periodistas recibieran agua, dátiles y pastelitos. Allí una veintena de supuestos mercenarios de raza negra, jóvenes, delgados y procedentes de Níger, Gambia, Mali y Chad, miraban a las cámaras en el patio de la prisión gesticulando. Algunos musitaban: " Help us!" (¡Ayudádnos!). Un maliense dijo a Público ser un simple trabajador inmigrante: "Me capturaron en mi casa y no en el campo de batalla", como aseguran los rebeldes. Cuando comenzaron a hablar, los guardianes se apresuraron a devolverlos a sus celdas.
Soldados regulares"¡Ayudadnos!", musita un africano a quien se presenta como mercenario
Como prueba de su supuesto reclutamiento, los guías de la visita mostraron tarjetas de residencia que supuestamente les fueron expedidas por Trípoli para entrar en el país a combatir, aunque la fecha que figuraba en ellas era de finales de 2010. También exhibían unas decenas de pelucas de mujer que, según los rebeldes, utilizaban para disfrazarse.
En la cárcel, había también una treintena de soldados regulares del Ejército libio llegados para la gran ofensiva y un prisionero estrella, Omar Absudani, acusado de ser el responsable de la seguridad interna del régimen en Bengasi. Absudani es el autor del asesinato de una policía británica, fallecida en 1984 cuando los libios abrieron fuego contra una manifestación frente a su embajada en Londres, según los rebeldes. Absudani negó toda participación en los hechos, aunque admitió haber sido miembro de los servicios secretos libios en el pasado.
Según el responsable de la célula de crisis del Consejo local de Bengasi, Haled Mohamed, "la juventud de la revolución", tiene en su poder una lista de unos 8.000 colaboradores del régimen (otras fuentes oficiales del Consejo Nacional redujeron esa cifra a 300), a los que buscan casa por casa para detenerlos. "Tenemos sus nombres, direcciones y teléfonos", añadió. Casi todas las noches se oyen combates a altas horas de la madrugada; en la noche del martes al miércoles sobre las cuatro de la mañana, comprobó Público.
Zeidan pronostica una victoria en diez días si los aliados siguen atacando
Los rebeldes continúan su lenta ofensiva para recuperar el acceso a la rebelde Ajdabiya, a 150 km al sur, a punto de caer en sus manos, repiten desde hace tres días.
Optimista, Alí Zeidan, miembro del Consejo, dijo que si los bombardeos continúan, la derrota de Gadafi tardaría unos diez días, y pidió a la coalición armas y entrenamiento para un ejército rebelde desestructurado y sin apenas munición.
La cadena Al Yazira informó ayer de que el Consejo Nacional Libio se había constituido como Gobierno interino, y señaló a Mahmud Yabril, uno de sus dirigentes, como su presidente. Un dato desmentido por el portavoz del Consejo, Abdelhafiz Hoga, que aseguró que se trataba de un "malentendido".
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