Este artículo se publicó hace 2 años.
Las retorcidas hipótesis sobre el asesinato de Dúgina acrecientan la guerra de propaganda entre Rusia y Ucrania
Solo dos días después del atentado, Moscú presentó pruebas para culpar a una agente ucraniana que viajó a Rusia en Mini Cooper y con su hija de 12 años. Ucrania lo niega y atribuye el crimen a un montaje de los servicios secretos rusos. El crimen inflama los ánimos y desata temores de represión interna y más ataques a Ucrania.
Jairo Vargas Martín
Madrid-Actualizado a
El mundo ultranacionalista ruso ya tiene una mártir por la que exigir que la guerra en Ucrania continúe y se recrudezca. Moscú dio el martes el último adiós a Daria Dúguina, politóloga y comunicadora extremista, defensora a ultranza de la invasión e hija del conocido ideólogo de un resurgir imperial de Rusia, Alexander Duguin.
El funeral ha congregado a centenares de seguidores y, sobre todo, a altas personalidades políticas, empresariales y eclesiásticas rusas, que han aprovechado el evento para inflamar los ánimos internos y dar a este crimen aires de punto de inflexión. Se ha pedido "venganza" y se ha justificado y alentado una vez más la invasión solo un día antes de que la guerra, en fase de estancamiento, cumpla seis meses.
Nada sobre este crimen en la capital rusa está claro, pero ha supuesto una sacudida que ha copado los medios y que puede tener serias consecuencias. Expertos y analistas internacionales especulan sobre la posibilidad de que este golpe sea utilizado por Putin para aumentar sus ataques sobre Ucrania. Aunque también hay quien cree que le serviría para justificar un aumento de la represión interna de quien cuestione la invasión, bien por estar en contra o por criticar la falta de contundencia en su desarrollo, como alguna vez insinuaron la propia fallecida y su padre.
Una espía en Mini Cooper con su hija
Aunque la primera reivindicación del asesinato se la arrogó el desconocido grupo terrorista ruso Ejército Nacional Republicano, Moscú ha querido dejar claro y rápido que el atentado con coche bomba fue "preparado y ejecutado por los servicios especiales ucranianos". Aunque ello implique reconocer una enrome falla en la seguridad interna por la que el enemigo puede llegar al corazón del país, organizar durante semanas un atentado en la capital y escapar sin problemas con el objetivo cumplido.
Así lo planteó el Servicio Federal de Seguridad (FSB, antiguo KGB) tan solo dos días después del crimen. Según la información difundida por el FSB, la autora del atentado ha sido identificada como Natalia Vovk, ucraniana de 43 años, oriunda de la devastada y ocupada ciudad costera de Mariúpol. Sería una agente de los servicios secretos ucranianos y, según portales rusos, miembro del batallón neonazi Azov, siempre presente en la propaganda del Kremlin.
Según estas averiguaciones en tiempo récord, la mujer entró en Rusia el pasado 23 de julio en un coche marca Mini Cooper e iba acompañada de su hija Sofía Shaban, de solo 12 años. Habría alquilado un apartamento en el edificio donde residía la fallecida, la habría seguido durante semanas y habría asistido, junto a su hija, al festival nacionalista al que acudieron Dúguina y su padre justo antes del asesinato. Durante el regreso, habría hecho explotar el explosivo que previamente había colocado en los bajos del coche.
Tras el atentado, consiguió salir del país del país sin dificultades por la frontera con Estonia, país al que Moscú trata de presionar para que extradite a los responsables. El servicio de inteligencia ruso ha distribuido varios vídeos en los que se ve a la acusada en el portal del edificio donde residía Dúguina y en sendos puestos fronterizos entrando y saliendo del país en el vehículo al que ha cambiado la matrícula en varias ocasiones. Una de las placas era ucraniana, otra kazaja y otra de la autoproclamada República Popular de Donetsk, en el Donbás ocupado por Rusia, según esta información.
Esa es la hipótesis con más fuerza; no por ser la más creíble, sino porque es la que va a guiar las posibles reacciones cuando se acercan fechas simbólicas. Este martes, además de cumplirse medio año de la "operación especial" de Putin para "desnazificar" Ucrania, Kiev celebra su Día de la Independencia. Aunque lo hará sin festejos públicos, ya que el presidente, Volodimir Zelenski, teme un ataque "cruel" o a gran escala como respuesta al atentado.
Hasta ahora, Ucrania se había limitado a negar implicación alguna en el asesinato de Dúgina. Pero este martes, Oleksii Danilov, secretario del Consejo Nacional de Seguridad y Defensa ucraniano, ha ido más allá al asegurar que se trata de una "ejecución perpetrada por los servicios secretos rusos". Tampoco ha aportado ninguna prueba.
El batallón Azov lo niega
Después de la información difundida por el FSB, varios digitales rusos han publicado una supuesta tarjeta de identificación de Natalia Vovk, la presunta autora del atentado, que la vincularía al batallón neonazi Azov, un regimiento integrado en la Guardia Nacional ucraniana. Sin embargo, este martes, un portavoz de este regimiento ha negado en conferencia de prensa que la mujer fuera combatiente de Azov. Sí dijo que podía pertenecer a la Guardia Nacional, ya que ese es el uniforme que luce en la foto.
La vinculación del atentado con el batallón Azov sella cuando se acerca el juicio a varios prisioneros del regimiento
Diferentes expertos y analistas internacionales recuerdan que no es casual que se vincule a la supuesta asesina con el batallón Azov, ya que Moscú tiene pendiente el próximo juicio contra los combatientes que hizo prisioneros en la batalla por la acería de Azovstal, en Mariúpol. Allí protagonizaron una resistencia numantina durante semanas que tuvo en vilo a los medios internacionales, y apuntan a que Rusia estaría allanando el terreno para dictar una sentencia ejemplar contra estos prisioneros de guerra.
Líderes y magnates ultras despiden a su mártir
Lo que sí es cierto es que este asesinato ha disparado varios resortes en el ala más ultra de la élite política rusa, que exige al Kremlin más contundencia en la invasión. El funeral ha ocupado las portadas de grandes medios y televisiones estatales, que han recogido inflamadas declaraciones de políticos ultranacionalistas que ha acudido a la ceremonia.
"El camino de luz que llevó Daria nos une aún más para la liberación de las ciudades rusas en la lucha contra el fascismo y ese régimen odioso", aseguró durante el funeral Sergéi Neverov, vicepresidente de la Duma Estatal (Parlamento ruso) y representante de peso del partido de Putin, Rusia Unida.
Leonid Slutsky, líder del partido Liberal-Demócrata de Rusia, de ideología nacionalista y que respalda al Kremlim, aprovechó para hacer un llamamiento a la unidad y a proseguir la guerra en Ucrania. "Un país, un presidente, una victoria", afirmó antes los asistentes, recoge Reuters.
También acudió a la ceremonia Sergei Mironov, miembro de la Duma Estatal y portavoz del partido Rusia Justa, uno de los opositores que, sin embargo, apoya al Gobierno. Pidió la destrucción del "régimen" en Kiev y aseguró que "la victoria será el mejor monumento a Dasha".
No faltó Konstantín Maloféyev, amigo personal de la familia y magnate ultranacionalista, presidente del grupo de medios de comunicación Tsargrady. "Seremos más fuertes con la sangre de nuestros mártires [...] Y gracias al final prematuro de nuestra querida amada Dasha (Dsaria) definitivamente saldremos victoriosos en esta guerra", dijo durante el acto, según Reuters.
El único miembro del Gobierno ruso que se ha pronunciado hasta el momento ha sido el Ministro de Exteriores, Sergéi Lavrov, que no ha añadido nuevos datos y se ha ceñido a la investigación abierta por el FSB. "Espero que la investigación concluya pronto y, como resultado, por supuesto, no puede haber ningún tipo de piedad con los organizadores (del asesinato), los que lo encargaron y con los autores", señaló.
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