Este artículo se publicó hace 13 años.
Sarkozy entona un 'mea culpa' por su apoyo al tirano tunecino
Francia "subestimó la desesperación y la aspiración a la libertad" de los tunecinos
Francia "subestimó la desesperación y la aspiración a la libertad" de los tunecinos, y esa fue la única causa del apoyo tácito de París al tirano Ben Alí hasta el último segundo, pese a la insurrección. Ese fue el mensaje que reiteró ayer Nicolas Sarkozy en una rueda de prensa, para intentar reparar la mala imagen que ha dejado su apoyo al ex dictador.
París, dijo el presidente, "no calibró a su justa medida" la "desesperación de un pueblo hermano". Y, para explicar lo que no habría sido más que un error de apreciación, Sarkozy insistió: "Es un pueblo hermano que ha decidido tomar las riendas de su destino. Cuando se es tan allegado, cuando los destinos están tan imbricados, no siempre se tiene la distancia necesaria", dijo a modo de justificación.
"Detrás de la emancipación de las mujeres, el esfuerzo de educación y de formación, el dinamismo económico y la emergencia de una clase media, había desesperación, un sufrimiento, un sentimiento de ahogo que, cabe reconocerlo, no habíamos calibrado a su justa medida", repitió.
Con esas frases, Nicolas Sarkozy intentaba matar dos pájaros de un tiro. Por un lado, quiso borrar que hasta el momento de su huida de Túnez estuvo apoyando tácitamente a Ben Alí, so pretexto de una supuesta amenaza islamista.
Sarkozy además intentó transformar el defecto neocolonial en virtud postcolonial. Dijo que, si hubo error de su diplomacia, también se debió a la necesidad de "guardar reserva", a causa del "peso de la historia" en las relaciones con las ex colonias.
Mientras, la fiscalía de París anunció ayer una investigación preliminar, en respuesta a la querella presentada por tres ONG, sobre los haberes del clan Ben Alí y Trabelsi en Francia.
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