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Sarkozy pretende quitar la nacionalidad a franceses

Plantea castigar a los ciudadanos de origen extranjero que atentan contra policías

ANDRÉS PÉREZ

El presidente de Francia, Nicolas Sarkozy, lanzó hoy un nuevo cartucho de fogueo para intentar desviar la opinión pública del caso Bettencourt sobre financiación política ilegal y fraude fiscal, y orientarla hacia temas de seguridad e inmigración. En un desplazamiento a Grenoble, al este del país, Sarkozy anunció que modificará leyes para privar de la nacionalidad francesa a todas las personas de 'origen extranjero', que hayan atentado contra las autoridades públicas.

El presidente francés encabezaba la ceremonia de toma de posesión del nuevo prefecto de la provincia de Grenoble (Isère), Éric Le Douaron, un alto oficial de la Policía Nacional, que se iza así al frente de toda la administración civil del Estado en la zona.

El PS denuncia el exceso «de seguridad

Gracias a varias noches de disturbios hace una semana en un barrio popular de Grenoble, debido a la muerte por disparos de la policía de un joven, Sarkozy ha encontrado en esa banlieue lo que buscaba desde hacía meses: el episodio idóneo de espiral de delincuencia, represión policial, revuelta juvenil y declaración de estado de sitio de facto.

En su discurso, Sarkozy dijo que propondrá privar de nacionalidad 'a toda persona de origen extranjero que voluntariamente hubiera atentado contra la vida de un policía, un gendarme u otra persona depositaria de la autoridad pública'. Explicó que esa reforma pasaría por 'revisar' las condiciones legales de retirada de la nacionalidad francesa. Existe un problema de inmigración 'insuficientemente' regulada que ha derivado en un 'fracaso de la integración', dijo.

Sarkozy ordenará 'evaluar los derechos y prestaciones a los cuales tienen acceso los extranjeros en situación irregular', uno de los temas recurrentes que lo llevaron a la presidencia en 2007. Además, va a proponer que los menores acusados de algún delito no puedan adquirir la nacionalidad francesa de forma automática a la mayoría de edad, un dispositivo legal que, de hecho, ya está siendo restringido desde hace seis años.

Para el jefe del Estado francés, existe un «fracaso de la integración»

Hace tres años, declaraciones así se hubieran ganado de inmediato titulares a cinco columnas y amplias páginas de debate en la prensa nacional. Hoy, cuando Sarkozy ya ha tenido que aceptar la regularización de los sin papeles que trabajan, gracias a la segunda huelga de trabajadores extraeuropeos, la pasada primavera, y cuando muchos de sus dispositivos han sido paralizados por la resistencia de altos funcionarios y de magistrados, lo que predomina es otra cosa. Con el anuncio de esas nuevas medidas populistas, ¿qué busca el presidente?

La declaración de Sarkozy, así como su reunión de alto nivel contra los gitanos hace tres días, se produce en pleno verano. Las clases medias y altas están en la playa. Sólo están frente a la televisión y pendientes de la prensa los franceses de extracción humilde, en cuya franja aún blanca y creyéndose occidental, se encuentra una categoría particular de votantes: los que van abandonando al presidente y regresan al Frente Nacional de Jean-Marie Le Pen.

Los menores acusados de delitos no podrán adquirir la nacionalidad

El Partido Socialista denunció el 'exceso de seguridad y xenofobia del Gobierno' tras la reunión antigitanos del Elíseo. El alcalde socialista de Grenoble, Michel Destot, dijo: 'Poner en tela de juicio 50 años de política de inmigración comporta grandes riesgos. Desconfío de esas declaraciones que tienen el efecto de golpear a la opinión pública'.

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