Este artículo se publicó hace 16 años.
Una secta rusa abandona un búnker preparado para el Apocalipsis
Tras medio año encerrados, interpretaron el derrumbe de parte de su refugio como una señal de Dios para que lo abandonaran
Catorce miembros de una secta rusa abandonaron el martes un remoto búnker, donde habían estado escondidos durante cerca de medio año a la espera del fin del mundo.
Según una autoridad local, los miembros del culto creen que Dios les envió una señal para que salieran a la superficie cuando parte de su refugio se hundió. Otras 14 personas permanecieron bajo tierra, pero las autoridades esperan que abandonen también su asilo subterráneo.
"Están todos en buen estado de salud, considerando que han pasado medio año bajo tierra", declaró Oleg Melnichenko, vicegobernador de la región de Penza, donde se escondían los miembros del grupo desde el pasado octubre.
"Se han negado a recibir atención médica y ahora están en rezando en una casa, donde dicen que se permanecerán hasta la Pascua ortodoxa (el 27 de abril) (...) han dicho que Dios les dio una señal para que se fueran del refugio tras el derrumbe parcial", añadió.
El grupo que salió del búnker el martes incluía a dos niñas de ocho y 12 años.
Otros 14 aislados
Melnichenko indicó que los 14 miembros restantes están en otra sala que se había quedado aislada de la salida debido al derrumbe, y que continúan las negociaciones para persuadirles de que salgan.
Un periodista de Reuters que se arrastró hasta la sección abandonada del búnker encontró una cocina improvisada y un espacio para dormir cavado en la tierra. Entre las pertenencias dejadas atrás había un juego de ajedrez y los restos de un libro infantil.
Se habían negado a salir de su búnker antes del Apocalipsis anunciado para abril o mayo de este año por su líderLos miembros del culto se habían negado a salir de su búnker antes del Apocalipsis anunciado para abril o mayo de este año por su líder, Pavel Kuznetsov, actualmente bajo tratamiento psiquiátrico.
El grupo amenazó con detonar varias latas de gas en su búnker si la policía intentaba sacarlos por la fuerza.
Siete mujeres de la secta abandonaron el refugio el fin de semana, cuando el agua del deshielo provocó el derrumbe de parte de la estructura de tierra.
Todos los miembros del culto que han salido del búnker se encuentran en cabañas pertenecientes al grupo en un poblado cercano. La policía no permite el acceso a los periodistas.
La secta es un grupo escindido de la Iglesia Ortodoxa Rusa. Entre sus creencias están el rechazo a los alimentos procesados y la convicción de que los códigos de barras son obra de Satán.
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